Entre Twitter, mi propio blog y las colaboraciones que hago en otros, no ando demasiado sobrado de tiempo a la hora de dedicar parte de mis momentos a escribir en las redes sociales. Pero, cuando el amigo JakeSnake requiere de uno que le escriba unas líneas –y más teniendo en cuenta que se trata de celebrar el 5º aniversario de su blog– lo cierto es que es de recibo cumplir con el encargo. Así pues, a la hora de buscar una canción con sus datos, sus versiones y lo que supone para mi, he primado lo último aunque del tema en cuestión sepa bastante poco y –por desgracia– tampoco se trate de una canción que haya resultado atractiva para otros grupos.
Así pues, estamos en 1982, después de finalizar la promoción del álbum Difficult to cure en los Estados Unidos y Rainbow deciden volcarse en ese mercado decantando su sonido desde el Hard Rock clásico hacia un Hard melódico que roza el AOR en ocasiones gracias a la estupenda voz de su vocalista, Joe Lynn Turner, y a la producción cada vez más americanizada de Glover.
Grabado en Canadá, aparece en el mercado Straight between the eyes con temazos como Miss Mistreated –no confundir con el tema de Purple–, Death alley driver, Eyes of fire o el pelotazo Stone cold. Sin embargo, la canción del disco que más ha significado para mi fue Tearin’ out my heart, una balada que nunca estuvo entre las favoritas de la banda pero que a mi –como todo el disco– me parece fantástica.
Y es que este álbum fue uno de los que en formato recopilación autograbada en cintas TDK de cromo me acompañó al viaje de fin de curso de COU, allá por mediados de los 80 del siglo pasado. Pero no fue hasta un par de años después, en mis tiempos de universitario, que una y otra vez, hundido en la miseria y obsesionado por un amor no correspondido, me metía en vena esta canción, con líneas como “Totalmente sólo a la luz de la vela, veo tu cara de nuevo esta noche y siento un enorme vacío sin ti”. Ahí es nada. Pasados unos cursos, la joven –ignoro si por lo cansina de mi insistencia– quiso enrollarse conmigo. Ay amigos, entonces mi vida pasó ante mis ojos en cámara lenta y descubrí que como vivía mejor era deseando su amor, sintiéndome una mierda mientras escuchaba a Turner, que adaptando mis gustos –éramos de lo más diferente– para mantenerla a mi lado.
Total, que ese fue el fin de nuestra relación más allá de la amistad. Dejé de perseguirla, nunca hablamos de lo ocurrido y la magia de Tearin’ out my heart se desvaneció convirtiéndose sin más en una increíble canción de Rainbow, que no es poco. Aún así, sigue trayéndome estos recuerdos cada vez que la escucho.
Y eso es todo. Ya os he dicho que ni la propia banda valora demasiado la canción, sin embargo no será tan mala cuando Axel Rudi Pell la versionó en su estupendo The ballads con el fantástico Jeff Scott Soto a las voces. En fin, ¡feliz aniversario Musicae Memorandum!
De Rainbow poco que comentar, lo único decir que baladas como esta o Can´t let you go son imprescindibles.
ResponderEliminarAsí pues agradecer profundamente que aceptaras mi invitación, un gustazo poder contar contigo en nuestro 5º aniversario.
Gran abrazo
Un abrazo grande de vuelta y muchas felicidades por el aniversario de la página. Estoy deseando leer las colaboraciones de postín que has conseguido para esta celebración. Y de Rainbow, no sólo las baladas, TODO es imprescindible.
EliminarTotalmente de acuerdo... ¿Cómo escoger un solo disco de Rainbow? Todos son absolutamente espectaculares y, para mí, imprescindibles; aunque también es cierto que dentro de ese Olimpo particular al que Blackmore ascendió con su banda, Rising y Long Live Rock and Roll, están un paso (solo uno) por encima del resto en mi ranking personal.
ResponderEliminarAaah, las desdichas de los amores adolescentes eran menos (o más pero nos quedábamos más a gusto) regodeándonos en una buena canción del tipo de Tearin’ out my heart, romántica y desgarrada, pero con mucha fuerza. Un temazo por cierto, del que me alegra mucho que hayas recordado la versión del gran Axel Rudi Pell.
No quiero despedirme sin recordar mi particular drama romántico adolescente (ay, Evita) y su acompañante, el Save Me de Queen...
Saludos!!
Que quede claro que yo también considero todos los discos de Rainbow imprescindibles, decía lo de las baladas porque es lo que acontecía en este post ;)
EliminarEntre el "Ten cuidado con lo que deseas, podría convertirse en realidad", que diría Oscar Wilde, y el conflicto entre La realidad y el deseo que traspasa el corazón de la obra de Cernuda tal vez podría situarse la experiencia que nos cuentas, la cual me hace evocar cierta época, entre la adolescencia y juventud, en que también estuve particularmente tocado del ala. Las músicas que me acompañaron entonces fueron otras, pero esta de Rainbow reconozco que hubiera ido al pelo. Siento que la canción crece situándola en el contexto anecdótico de la experiencia personal que nos expones.
ResponderEliminarHola, deberíais poner la canción arriba del post, para oírla mientras se lee la info (tengo que bajar a buscarla y luego subir), creo que otros usuarios opinarán lo mismo :)
ResponderEliminarHola. Por eso mismo se puso ese botón que ves a tu derecha, si pones el puntero saldrá la leyenda:"escucha mientras lees".
EliminarAhí puedes empezar a escuchar sin necesidad de bajar hasta el vídeo.
de todas formas gracias por ayudar con el comentario.
Saludos
Ah, guay, si tuviera regulador de volumen sería perfecto, ¡gracias! Y sigue contándonos cosas curiosas de las canciones.
EliminarBonita anécdota sobre el amor, el deseo y lo que queda después de conseguir lo que se quiere. Resulta que a veces no es tan espectacular como lo imaginábamos ;) la canción y la voz de Turner sí que son espectaculares. Me ha gustado mucho!
ResponderEliminarComo me gusta leer las intimidades de cada uno de vosotros (y de cada una de vosotras, por supuesto). Todos tenemos una canción que "hasta la propia banda desprecia" pero que tiene un especial significado para nosotros. Y la adolescencia y el amor lo petan en este aspecto. Si yo contara... Pero eso lo dejaré para el sexto aniversario (si me invitan). Gran elección, Piltri. Abrazos.
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