Lo que tantas veces hemos comentado por aquí, si hay sonidos que se asocian como uña y carne a recuerdos, sensaciones, vivencias e incluso olores, estos son de los que me acompañarán durante toda mi existencia, la cosa viene de lejos.
Vaya por delante que el western es mi género cinematográfico de evasión favorito, disfruto como un cochino con aquellas pelis inolvidables de John Ford, Anthony Mann, Sam Peckinpah, Fred Zinnemann y por su puesto de Sergio Leone. Es una maravillosa consecuencia de una infancia machacada en la gran pantalla por el Monument Valley, por Caballo Loco y sus secuaces (ya no me parecen los malos), por alucinantes persecuciones a caravanas de carretas a todo galope, por centauros del desierto, por el estrépito del Colt 45 o por polvorientos vaqueros apagando la sed con el peor whisky del saloon después de un largo y tortuoso viaje. Entre otros muchos tópicos imperecederos.
Para quien no lo sepa, Sergio Leone es el director más popular del spaghetti western, un término un tanto despectivo para un sucedáneo europeo a imagen y semejanza del estadounidense, normalmente estaba financiado por compañías italianas y/o españolas (chorizo western) con bajo presupuesto y rodado en distintos parajes de estos países, muchos en el desierto de Tabernas.
Leone, tuvo la suerte, o la habilidad, de asociarse con un compositor con el que logró potenciar la bandas sonoras tanto como las películas en sí, un factor clave para mantener el interés necesario en larguísimas escenas sin perder un ápice de tensión. Hablamos de Ennio Morricone, el mejor y más rápido sheriff de las BSOs, autor de la música de más de 500 películas, obras maestras como La Misión o Cinema Paradiso, poseedor de un Óscar honorífico (2006), hasta que por fin se le hizo justicia con otro por Los odiosos ocho (2016).
Dos hombres y un destino, el tándem creó La trilogía del dólar -los cinéfilos discuten el término porque aunque tienen elementos comunes son tramas diferentes-, a la que se podría añadir Hasta que llegó su hora, pero ya no estaba el rubio, el manco o como se le quiera llamar a un Clint Eastwood que no quería encasillarse demasiado en el papel del pistolero del purito.
Nos preparamos unas palomitas, damos un trago y cruzamos el Mississippi forasteros.
Por un puñado de dólares (1964)
Hace tiempo conocí a un hombre algo limitado socialmente, pero un espectáculo cuando te lo encontrabas por la calle, lo oías antes de verlo, tenía un silbido portentoso, hasta pienso que podía haberse buscado la vida como profesional. En este film el silbador, además de compositor, director de orquesta, arreglista y músico, fue Alessandro Alessandroni y en el coro se lucía una joven soprano italiana cuya voz cautivó a Morricone, Edda Dell'Orso.
Este tema concretamente es el Titoli, lo he elegido por ser la que más me gusta, pero L’inseguimento, o la mismísima Per un pugno di dollari no tienen desperdicio.
La muerte tenía un precio (1965)
Apoteósica, quizás la mejor de la trilogía, por más que la escuchas no deja de impresionarte. Aquí nos presenta algo tan country y genuinamente western como el arpa de boca, la percusión parece galopar y el silbador sigue siendo Alessandroni. Por cierto en España los hemos tenido muy buenos, destaca Curro Savoy capaz de silbar desde rock hasta jazz pasando por el flamenco.
Muy recomendables también: Il vizio di uccidere, La resa dei conti o el famoso relojito de los duelos.
El bueno, el feo y el malo (1966)
La Storia di un Soldato, es otro tema dulce y emblemático cantado por un grupo de prisioneros.
Ahora una grata sorpresa, en el largo desenlace final entre los tres pistoleros comienza la melodía titulada L'estasi dell'oro seguida por Il triell, pues bien, ésta es una adaptación de un famoso grupo metalero. Una auténtica gozada.
Morricone consiguió con estas bandas sonoras calar en el inconsciente colectivo. Es imposible escucharlas y no pensar en westerns. Y, casi a la inversa, si uno piensa en "películas de vaqueros" no es raro que sea una de estas piezas las que nos venga a la cabeza (con el permiso de "Los siete magníficos" de Elmer Bernstein, claro).
ResponderEliminarBueno la verdad que la trilogía para mi no es de lo mejor del llamado Western, son icónicas por el éxito que tuvieron y por sus BSOs, pero como obras maestras reconozco más a La diligencia, La conquista del oeste, Horizontes lejanos, Centauros del desierto,... e incluso más modernas como Sin perdón.
EliminarEn cuanto a BSO, esto puede ser que te guste https://www.youtube.com/watch?v=kHTHZD0Z84g
Saludos Malapata
Clásicos totales e impedecederos.
ResponderEliminarSaludos sintéticos.
Tú si que eres incombustible.
EliminarSaludos vinílicos Chorbyradio
Tampoco es que disfrute yo tan cochinamente como tu, pero si me lo paso un rato bien con estas pelis... Me encantan y las bandas sonoras de las tres me parecen magníficas. Te ha quedado un post muy guapo y con una música cojonuda. Por cierto, la intro del S&M de Metallica es también una gozada:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=aPxCeJHUeE0
Saludos!!!
Y esta versión tampoco está manca...
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=uQvLsifMZIE
¡Tremendo, alucinante, se me ponen los pelos como escarpias!
EliminarTambién les debe de gustar mucho, no en vano la lanzaron en sencillo y la han usado en sus conciertos.
Gracias por el aporte Alex
Saludos amigos , quisiera saber el nombre de la persona que ejecuta la guitarra eléctrica en esta trilogía , realmente sorprendente las puntadas "limpias y perfectas " , sabe alguno de uds el nombre de tan brillante ejecutor ? Gracias
ResponderEliminarPues no sé decirte, Alessandro Alessandroni sí creo que la tocó en Por un puñado de dólares o hizo los arreglos a la vez que los silbidos.
EliminarPudiera ser un instrumentista de orquesta, que tampoco son mancos evidentemente.
Saludos anónimo amigo
Si la Trilogía es un clasico Inolvidable...es perfecta..es como armar la musica. .las escenas..los actores. .la banda musical...no hay como pedir mas...100/100
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