Creo que tras más de cuatro años ha llegado el momento de hablaros de una de las bandas más importantes en mi cándida existencia. Sí, ya lo sé, muchas son las bandas que he tenido a bien en reconocer como especiales en mi vida, pero es que en esta ocasión se trata de una de esas realmente fundamentales, lo cual no significa que las otras no lo sean 😲 Pero trascendental de verdad de la buena, oiga. ¿Cómo si no se explica que un tipo que siente una incontrolable aversión hacia las serpientes decida autodenominarse "Snake" en la red? 😜
Logo clásico de Whitesnake |
Efectivamente, lo has adivinado, hoy toca hablar de Whitesnake; o lo que es lo mismo, de David Coverdale, uno de mis mayores ídolos dentro de esta caótica obsesión que inunda mi vida. Para justificar tal afirmación podría comenzar a enumerar los innegables logros musicales que Mr. Coverdale ha cosechado a lo largo de su longeva carrera, del número de ventas de sus discos, de cómo ha sabido seducir a distintas generaciones a lo largo de los años y rodearse de los mejores músicos, de su inconfundible voz, de su incontestable carisma... Pero no lo voy a hacer, simplemente me voy a limitar a recordar que, con tan sólo 22 años y siendo un perfecto desconocido que vendía pantalones en una tienda, fue capaz de ponerse al frente de los monstruosos Deep Purple, casi nada.
Tras tres discos púrpuras, decidió comenzar lo que a la postre sería una triunfal y duradera carrera en solitario, inicialmente bajo su propio nombre y poco más tarde bajo el abrigo de la serpiente blanca. Llegados a este punto, y debido a lo extenso de la andadura de Whitesnake, vamos a obviar el periodo que va desde los 90 hasta nuestros días y centrarnos en su etapa más gloriosa, la que abarca desde que la serpiente apenas sí había asomado la cabeza a través del cascarón hasta el momento en que los EEUU se encontraban hechizados e inoculados del veneno del ofidio en cuestión.
Dentro de esta etapa, por casi todos es conocido los dos subperiodos que caracterizaron su más legendaria andadura, una primera representada por un sonido de Hard Rock clásico con evidentes matices Soul y Rhythm & Blues en álbumes como Trouble, Lovehunter, Ready an´ willing o Come an´ get it, y una segunda en la que, a través de un sonido más melódico, accesible a las masas (y por ende a las radiofórmulas) y acorde a los tiempos que corrían, se realizó un descarado acercamiento a la comercialidad con el fin de conquistar el mercado norteamericano. En alguna ocasión me pareció leer que Coverdale no se permitía admitir tal licencia, pero no hay más que escuchar Slip of the tongue y sobre todo el coloso 1987 (de cómo de tiñó de rubio y se cardó el pelo ya ni hablamos) para comprender que eso no es totalmente cierto, aunque personalmente no llego a comprender la causa de bochorno.
Mr. Coverdale, ese rubiazo... |
Y ahora sí, por fin aterrizamos donde yo quería llegar, al momento de transición entre ambos sonidos,el momento justo en el que ambas etapas se fusionan para dar lugar al que, para mí, es su mejor trabajo, Slide it in, esa joya en la que podemos disfrutar de ese sonido con reminiscencias añejas mezclado con nuevos tintes más melódicos, que por siempre ocupará un lugar en mi particular Top Ten gracias a temazos extraordinarios como Guilty of love, Standing in the shadows, Gambler o mi súper favorita All or nothing.
Coverdale, War y Jake, tres amigos de toda la vida |
Mientras eso llega, disfruta de esta imprescindible Love ain´t no stranger, la que más disfrutamos en aquel concierto en Barcelona en 2013, ya nos podemos morir tranquilos...
No sabía yo que erais colegas ¡y hasta tienes una foto con él! XD
ResponderEliminarSí, me lo pidió y ya sabes que soy incapaz de negarle nada a nadie... ;D
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