No me he atrevido a poner en el título que esta es la mejor canción de la historia y ni tan siquiera una de las mejores. Tampoco que sea la más triste o incluso simplemente que merezca el adjetivo de bonita. Pero sí que me ha costado poco calificarla como la más emotiva.
Para variar escúchala mientras lees y no después y así ya vas entrando en materia. A mí por lo menos me engancha y aunque es bastante repetitiva, siempre me quedo con ganas de más. Eric Clapton tiene estas cosas cuando se pone a la guitarra y da igual que no sea con su conocida Stratocaster.
El origen en este caso está bien documentado y no hay interpretaciones por parte de nadie. Empezaba la década de los 90 y con ella una mala racha para Clapton.
En agosto de 1990 Stevie Ray Vaughan y Double Trouble tocaban junto con otros grandes como Robert Cray, Buddy Guy, Eric Clapton y el hermano de Stevie Ray, Jimmie Vaughan, en una localidad de Wiscosin. Tras el último pase llegó el momento de regresar al alojamiento de Chicago contando para ello con unos helicópteros.
Stevie Ray compartió uno de ellos con personal de Clapton, en concreto con su agente, un ayudante de gira y uno de sus guardaespaldas. Era una noche de espesa niebla y a menos de 1 kilómetro del lugar de despegue el helicóptero se estrelló contra la ladera de una colina cercana. En el accidente fallecieron sus cinco ocupantes. Se perdieron cinco almas y Clapton perdió de una tacada a cuatro amidos. Pero lo peor estaba por llegar...
Siete meses después en marzo de 1991, Conor, el segundo hijo de Eric Clapton que contaba entonces con cuatro años y medio, pasaba la jornada en casa de un amigo en un rascacielos de Nueva York. No he averiguado los pormenores -ni quiero- pero el caso es que el pequeño cayó desde el piso 53 del apartamento terminando muerto en el tejado de un pequeño edificio contiguo.
Tras un periodo en el que el guitarrista permaneció prácticamente aislado del resto del mundo, la composición volvió a su día a día en forma de banda sonora para una película sobre el mundo de la droga titulada Rush. Para ello contó con la colaboración de Will Jennings, el compositor entre otras de My heart will go on (Titanic).
Después de escribir la canción de cierre del largometraje, Clapton vió una secuencia dónde cuadraría una canción sobre su hijo que llevaba tiempo pensando. De la letra sólo tenía el primer verso pero a pesar de la resistencia inicial de Jennings por lo particular del caso, consiguió que este escribiera el resto...
Esta es una canción tan personal y tan triste que escribir su letra fue para mí una experiencia única.
Posteriormente Clapton reconoció en una entrevista que la música fue para él, de manera subconsciente, el mejor agente curativo para su pena y tanto fue así que en 2004 dejó de tocarla: "Ya no siento la pérdida de la misma manera y eso es parte de su interpretación". A partir de la gira de su 50 aniversario la volvió a tocar pero sólo esporádicamente.
Premios ha tenido muchos así que sólo destacaré que en 1993 estuvo nominada a seis premios Grammy ganando tres de ellos, mejor canción, mejor grabación y mejor interpretación vocal masculina.
Posiblemente haya canciones más emocionantes que esta... pero pocas, muy pocas.
Para mí tampoco merece el adjetivo de bonita si no el de preciosa, por todo lo demás de acuerdo ;)
ResponderEliminarLo que sí creía es que era anterior al 92, pensaba que era a mediados de los 80 cuando la escuchaba.
Ta luego
Joya! Emocionante, estremecedora, hermosamente sencilla, sencillamente hermosa...
ResponderEliminarLa tristísima historia de su hijo le confiere un matiz aún más emotivo si cabe.
Muy buena, sí señor.
Excelente. En su momento he tenido la oportunidad de revisarla en mi blog, y los sentimientos que afloran al escucharla son casi los mismos en todos los que le prestamos un poco de atención; más allá de su atractivo musical. El hecho de que la forma de ejecutar la guitarra aquí sea mediante arpegios y no con rasguidos, le da un aire mucho más intimista, más folk. Gran relectura. Saludos.
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