Una publicación reciente de Hilario Camacho, ha removido ciertos sentimientos hacia aquella música de autor, a la que creo que por la idiosincrasia de MM no le hemos hecho la justicia que merece. Tampoco nos vamos a explayar ahora, pero no es de recibo ignorarla cuando ha tenido tanta importancia en este país con una gran proyección en hispanoamérica, donde también gastaban mucha de la suya al igual que en EE.UU. o en Francia.
Los últimos tiempos del Franquismo y durante la Transición, fueron los años más importantes de aquel género autoproclamado como canción protesta, una gran cantidad de canciones se usaron como himnos en la lucha por lograr la democracia y la libertad. Nos dejaron letras inolvidables, que casi todo el mundo que vivió aquella época ha tarareado alguna vez, arduas a la vez que sencillas composiciones de gente como: Jarcha, Paco Ibañez, Serrat, Cecilia, Lluis Llach, Raimon, Aguaviva, Patxi Andión........
Recalcar que esto de hoy no es política es historia.
Primero pongámonos en situación. En 1975 el gobierno del General Franco estaba dando sus últimos coletazos. El dictador estaba ya en su lecho de muerte, muy deteriorado era cuestión de tiempo. La presión internacional para iniciar un aperturismo político era brutal y hacía que el propio régimen tuviese fracturas internas, se empezaba a ver la luz al final del túnel.
Eran tiempos convulsos y de incertidumbre, coincidiendo con unos consejos de guerra sumarísimos donde se condenaron a 11 terroristas del FRAP y ETA a la pena de muerte. La reacción internacional y de la opinión pública fue feroz, incluso el propio Papa Pablo VI pidió clemencia. En el Consejo de Ministros del Viernes 26 de Septiembre como "acto de buena voluntad", se les conmutó la pena de muerte por cadena perpetua a seis de los once condenados, los otros cinco fueron fusilados al alba.
En esos días previos a las ejecuciones, dentro de poco se cumplirán cuarenta años, fue cuando Luis Eduardo Aute compuso esta triste canción. Sus metáforas consiguieron engañar a la estricta censura franquista, no lo captaron. Disfrazó Al alba como una inocente canción de amor, cuando en realidad escondía un grito contra las ejecuciones y una oda a la libertad. "Debe haber sido una de las canciones que más rápidamente me surgieron, pero quería que la gente la cantara. La verdad es que no tuve que pensar mucho, salió del dolor".
La primera en grabar y publicar la canción fue Rosa León en Diciembre de 1975 en su disco llamado igualmente Al alba, con gran éxito. Aute la lanzó tres años más tarde en Albanta, logrando también gran repercusión. Hemos puesto la versión de Rosa por ser la primera y por su voz que le da cierta dulzura a una canción tan amarga, pero la del autor le da más calado, más poder interpretativo, lo podéis apreciar en la ficha.
Ojo por ojo y el mundo acabará ciego (Mahatma Gandhi)
No hay comentarios :
Publicar un comentario