Estaba recientemente disuelta la formación inglesa Roxy Music cuando conocí de su existencia gracias a un documental sobre su última gira que visione en la segunda cadena mientras esperaba que empezase el partido de la NBA, cosa que hacía cada viernes en aquellos mediados de los ochenta en los que solo dos canales saciaban nuestra sed de rayos catódicos.
Ya conocía a The Beatles, llegaron a mi gracias al disco Give My Regards to Broad Street de Paul McCartney, e incluso ya me había hecho con algún álbum de The Fab Four, pero la canción Jealous Guy me era desconocida.
Cierto que no es un tema de los de Liverpool pero como no podía ser de otra manera también la obra de John Lennon empezaba a interesar a aquel adolescente chalado por la música (y el basket), y como todos sabemos, éste si se trata de un tema de Lennon incluido en su mítico disco de 1971 Imagine.
Pero mi primer contacto con esta canción se dio aquel viernes de mediados de los ochenta, cuando la madrugada empezaba a colorear de sueños las mentes de los niños, de carmín los labios de las chicas malas y de canciones y canastas el corazón de un servidor.
Pocos temas han causado un impacto tan poderoso en este escriba como aquel, no puedo olvidar el momento en que mis oídos se abrieron como flores al sol cuando Bryan Ferry entonaba las primeras notas de la canción, con su elegante figura y su aspecto de dandy recortándose sobre un fondo gris perla, imposible no recordar la sensación de tristeza que causaban aquellos teclados que sustituían sin entonces yo saberlo a la melodía silbada por John una década antes en su registro, tristeza y no otra cosa evocaban en aquel adolescente aquellos sonidos y ese mismo sentimiento suscitan en este maduro que ahora mismo escucha el tema en la versión de la elegante formación británica mientras redacta esta crónica.
Cierto que la asociación de este tema y en esta versión a un acontecimiento trágico que pocas semanas después se desencadenó en mi entorno de amigos no ayuda a que otro sentir tome el relevo a la tristeza, pero lo mismo me ocurre con la original de Lennon, aunque fue descubierta un tiempo después, cuando empezaba a extinguirse el dolor que mi corazón sintió en un eterno viaje nocturno en tren cuando me dirigía con mis padres de vacaciones, y este tema acompañaba a mi dolor, mientras encaramado a la ventanilla lo escuchaba una vez tras otra agotando en varias ocasiones las pilas del walkman, siempre la tristeza, la irracional de un principio, nostálgica y remembrante de un después y crónica de hoy en día es lo que me atrae y devora de tan mágica y sublime composición.
Aún me cuesta creer que tan glorioso documento sonoro fuese desechado del tracklist definitivo del Disco Blanco de The Beatles, obra maestra que se hubiese visto engrandecida aún mas con este aporte, pero la venganza de John fue total y abrumadora, grabándola para secundar la grandeza de su inmortal Imagine en el repertorio de su segundo LP tras el final del sueño.
John consigue jugar con las lágrimas convertidas en silbidos, las teclas disfrazadas de quejidos y su voz flotando con el doloroso tono de lo infinitamente real, de la belleza de la debilidad, de lo romántico del dolor, la descubrí después y posiblemente me guste mas, pero las connotaciones del cover de Ferry y los suyos no me dejan de hacer llorar, hoy, casi treinta años después de su descubrimiento, aún no se cual me gusta mas, si os parece nos quedamos con las dos.
Deseo agradecer a Nostromo su deferencia al invitarme a colaborar en esta efemérides, es un honor y me siento afortunado de que pueda explicar a su parroquia lo que un tema tan infinito como este provoca en mi alma.
Agradecer también su paciencia para con este escribiente que todo lo que tiene de voluntarioso lo tiene en ocasiones de despistado.
Felicidades a Musicae Memorandum por este segundo aniversario, suerte y a seguir como hasta ahora.
Es curioso, soy un fan acérrimo de los Beatles, sin embargo John Lennon en solitario no es que me fascinase.
ResponderEliminarEso sí, tengo un recopilatorio, pero fuera de ahí, no es el Beatles que más me gusta.
Seré un ignorante, pero prefiero a Harrison más que a los otros.
No obstante, este es un gran tema, me gusta y también la versión que hizo Roxy Music.
Saludos sintéticos.
Grandísima canción. Pero yo sí tengo claro que versión prefiero, la de John.
ResponderEliminarEs como un chocolate suizo y un sucedáneo, por muy bueno que sea el sucedáneo.
Un remiendo porque también me he despistado ;)
Saludos Adisson el placer es nuestro