Mis veranos siempre han estado identificados con la provincia de Castellón desde que tengo uso de razón, y antes también, por las fotos que he visto. Julio para mí era sinónimo de calor y alegría, bajo una estampa compuesta por sol, playa, salitre y azahar. Una mezcla de sensaciones que me sigue produce el mismo placer y magnetismo, haciendo que se transformara Castellón en mi segunda tierra, en mi otro hogar.
Paralelamente iba surgiendo otro sentimiento que tampoco nunca me ha abandonado y que me llenaría el espíritu, como la gasolina que entra en un motor vacío recién sacado de la fábrica; era el germen del rock. Todo surgió en un viaje hace años desde Castellón a Andorra, de esos desplazamientos que realizaba mi familia a finales de julio con la intención de cerrar las vacaciones con un destino distinto, de los que no están cerca de Madrid, la ciudad que nos vio nacer.
En el célebre Punt de Trobada del Principado mi padre, en esos alardes de generosidad que siempre le han caracterizado, nos dijo a mi hermana y a mí que eligiéramos cada uno dos discos para el largo camino de vuelta. Me quedé absorto mirando las estanterías con cientos de alternativas, la mayor parte desconocidas para mí, a excepción de Bon Jovi, a quien ya había visto fugazmente por la TV, despertando su música y estética mi atención.
Elegí Slippery When Wet y New Jersey, atraído por sus elegantes portadas, los cuales devoré de principio de fin, disfrutando de aquella ‘novedosa’ música que me iba enganchando, despertando mi curiosidad por el rock y provocando la inmediata necesidad de seguir alimentándolo con nuevos artistas que fueron poco a poco desfilando ante mis oídos, desde Skid Row a Metallica, pasando por Helloween, W.A.S.P., Bad Religion y Iron Maiden. Una enfermiza dependencia de sonidos de guitarra que no paraba de crecer.
De todos los cortes de aquellos dos discos de Bon Jovi, que había escogido casi por azar, me fascinaban tres canciones: Linvin’ On A Prayer, Livin’ In Sin y Blood On Blood, cuya letra no dejaba de releer. Se trataba de un tema autobiográfico dedicado a dos personas que había conocido Jon Bon Jovi años atrás y con las que perdió el contacto, pero a las que recordaba con cariño.
Aquella oda a la amistad y mirada al pasado siempre me hace recordar que aunque el tiempo avanza y las personas evolucionan, cuando alguien ha compartido tanto contigo se genera un estrecho vínculo difícil de romper, y que cuando te necesiten o les necesites, siempre estarás allí, del mismo modo que lleva el New Jersey de Bon Jovi tantos años en mi estantería de discos. Un viejo amigo que espera pacientemente a ser escuchando y al que sigo queriendo con locura por todo lo que me ha supuesto en mi vida.
P.D.: Dedico este artículo a los buenos amigos que tengo la suerte de seguir contando desde hace muchos años. Incluyendo a mi viejo ‘colega’ Jon Bon Jovi.
Emotivo y nostálgico relato y buena canción, cumple con nota lo que buscábamos.
ResponderEliminarY coincido contigo en tus gustos por Bon Jovi, salvando a las emblemáticas It’s my Life o You Give Love a Bad Name. Hay otra que me toca más la fibra sensible y está en un peldaño por encima de las demás, Wanted Dead Or Alive.
Abrazo Álvaro
https://www.youtube.com/watch?v=InbylqM8CsQ
Ahora entiendo porque siempre hablas del equipo de fútbol del Castellón...
ResponderEliminarPues curiosamente mi relación con Bon Jovi es parecida a la tuya. Empezó también un verano en mi lugar de veraneo mediante dos cintas grabadas, una con el primero homónimo y otra con el Slippery. Cuando volvimos a casa, en otoño mi madre me prometió para reyes un equipo con lector de CD, pero meses antes me invitó a comprarme varios CDs, aunque temporalmente no pudiera escucharlos, y precisamente este New Jersey fue el primero de todos ellos.
Abrazo Álvaro, por mucho que lo critiquen, Bon Jovi también es un viejo amigo mío.
Me alegro de coincidir con vosotros. Al final tomamos cariño al pasado y a quién lo ocupó y nos hizo feliz. Y este hombre fue el responsable de amar tanto la música.
ResponderEliminarP.D.: Ya de paso me ha servido la nota para explicar mi vínculo con Castellón. XD
Un abrazo a ambos y a todos los que lean el artículo.
@Jake Snake Se puede decir que Bon Jovi nos ha marcado a los dos.
ResponderEliminarBonito y emotivo este viaje que nos traes de vuelta al(probablemente) inicio de la adolescencia. Me ha encantado la historia y me gusta todavía Bon Jovi
ResponderEliminarMe temo que yo soy de los que Bon Jovi no ha logrado convencer del todo, pero no me escapo si empieza a sonar: me agrada pero no me vuelve loco. En mi personal escala de medición musical, si no tengo un disco de una banda, es que no me ha hecho nunca demasiado tilín, y del amigo Jovi no tengo ningún disco.
ResponderEliminarEl relato de los veranos aderezados con Rock ha despertado muchas resonancias también en mi memoria, aunque yo era de los que recibía en el pueblo a los que venían de fuera. Y yo también le sacaba a mis padres cuando podía un disco, cosa nada fácil, pero que de vez en cuando salía bien... Así conseguí uno de mis discos favoritos: el Rising de Rainbow.
Salute You!!
La canción que más recuerdos me trae de este New Jersey es Wild is the wind. La compartí con un buen amigo que aún tengo. Pero valdrían la que tú traes, excelente canto a la amistad adolescente. Yo también tengo amigos de aquella época que, como en la canción, puedo llamar en mitad de la noche y sé que me ayudarán. Saludos.
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