Es Domingo volviendo de la playa, no ha sido un fin de semana para tirar cohetes y mañana otra vez al curro. Esto de dar la brasa por aquí con la puñetera música es como todo, hay momentos buenos y momentos menos buenos, fases de inspiración y etapas de desesperación, quizás esté en una de ellas, las musas de la blogosfera me han abandonado o como poco olvidado. ¿Cómo se dice ahora?... ¡ah sí! estoy un poco plof.
Volvemos al viaje, el sol dando por saco de cara no podía faltar a la cita, tráfico denso, me da la impresión que en el maldito atasco todo el mundo va cabreado. Tenemos hasta una mosca, no hay nada más excitante y denigrante que una mosca cojonera alegrándote el camino. Tengo pocas ganas de hablar y pongo la radio, tampoco es Radio3 mi hijo la ha cambiado, me da igual la que salga.
Por los altavoces de mi coche, ya metido en años, empiezan a sonar grillos y pájaros dando paso a sonidos africanos que poco a poco despiertan mi atención, entran instrumentos de viento, sintiéndome como un náufrago cuando oye un avión subo el volumen. Mis dedos han empezado a golpear rítmicamente el volante, me dirijo a mi media naranja: "Cari pon el Shazam y dime quiénes son" antes que me dé la respuesta, sentencio: "¡Osibisa!".
Todo ha cambiado, nos contorneamos, movemos brazos y cabezas al son de la música, el inmundo atasco pasa a segundo plano, según el artilugio del demonio la canción es the lions walk. El habitáculo se ha llenado de coloridos salvajes y fragancias vigorosas, la mosca se ha transformado en una majestuosa y preciosa mariposa Real. Juro que no hemos tomado ninguna sustancia perniciosa, si miento que Unkulunkulu me lleve.
Osibisa era una de las excepciones que confirman la regla, cuando nos hartábamos de rock, rebuscábamos entre los vinilos y aparecían ellos, ellos junto a otros especímenes singulares como los Temptations o Santana. Para entender y engancharse a estos pioneros es absolutamente imprescindible escuchar y empaparse del Woyaya (1971), un inevitable álbum.
Osibisa lo formaron siete músicos, cuatro africanos y tres caribeños, herederos de sonidos ancestrales, liderados por el multiinstrumentista y cantante ghanés Teddy Osei, tuvieron una gran repercusión en el mundo occidental cuando todavía ni se había inventado el término World Music, tan de moda de los 90 hasta nuestros días. Woyaya es un disco rebosante de fusiones rítmicas, experimentos sonoros, tambores tribales, efectos de animales o fenómenos atmosféricos, mensajes de paz y hermandad en una mezcla de géneros que te lleva por parajes indómitos a un mundo desconocido. Si lo siguiente no altera vuestras células nerviosas, es sin duda porque Taivadu ya os ha recogido en su seno.
Sunshine Day es seguramente su canción más conocida, perteneciente a su álbum Welcome Home (1975), machacó las pistas de baile en su faceta más comercial. Para los que gustábamos y gustámos de apreciar muchas de las portadas o fundas de aquellos Lps, sus anteriores discos fueron impactantes por sus elefantes mutantes con alas de libélula y garras creados por Roger Dean, en este trabajo es hipnotizante el derroche de coloridos y detalles por la infinita senda selvática de un paisaje irreal imaginado por Mati Klarwein, autor también del Abraxas entre otros.
Una senda que allanó la llegada de sus coetáneos Earth, Wind & Fire y algo después a un tal Bob Marley, abriendo el universo de las músicas étnicas al mundo... y a las discográficas. Negocio redondo ante un nuevo alarde de esnobismo en sus inicios.
Hoy Osibisa, que por lo visto significa: cruce de ritmos que estallan de alegría (¡casi ná!), sigue su camino con solo su alma máter Osei de aquellos fundadores del grupo. Valga esta humilde publicación para lanzar un guante a los organizadores de La Mar de Músicas, para que nos dieran la inmensa alegría de poder disfrutar de su afrorock en un lugar sin parangón como es el auditorio del parque Torres de Cartagena.
Por fin llegamos a casa, la terapia ha funcionado. ¡Sencillamente genial!
Dedicado a mis estimados sociobloggers Jakesnake y Oloman de los que he aprendido mucho. Y en defensa de una autodestruida tolerancia entre civilizaciones que conoció tiempos mejores.
Una canción dedicada ¡qué ilusión! XD
ResponderEliminarSabes mucho de esto así que poco te hemos podido enseñar. Si acaso Jake, que también sabe un rato largo "de lo suyo" ;)
Qué raro eres, lo mismo dices que abramos el abanico que nos dices que has aprendido mucho de nosotros
ResponderEliminar"De lo suyo"? -1
EliminarEstimados, en Musicae hay tres civilizaciones distintas ;)
EliminarMoooolaaaa!!! No tenía ni idea de la existencia de esta banda, pero ha sido escuchar el Sunshine Day y ponerme en órbita... Parecido a cuando descubrí hace unos años en la radio el Move On Up de Curtis Mayfield... ¡¡¡y no es Rock!!!
ResponderEliminarMuchas gracias por descubrírmelos y también por la parte que toca a Roger Dean: tampoco había visto nunca esas portadas, geniales y fieles a su peculiar estilo.
Un saludo!!!
Hola Alejandro, intercambio de información, a ver que te parece esto https://www.youtube.com/watch?v=R8AOAap6_k4
EliminarSaludos
Pues el caso es que conocía la canción, esta vez sí: en cuanto ha empezado la he reconocido, pero haría años y años que no la escuchaba... No entra en mi órbita de escuchas habituales que se centran más en el Rock, pero leñe, que se me iban los pies escuchándola!!! A ver si ahora, a la vejez, me voy a tener que bailar todo lo que no bailé en los 80 y los 90 jajjaja
ResponderEliminarMe ha gustado volver a escuchar este tema porque es una delicia, suave pero con un ritmo y una cadencia muy adictivos... De nuevo te tengo que agradecer el que me lo hayas recordado.
Un saludo!!