Otra de esas canciones míticas que solemos poner por aquí, otra de esas extraordinarias creaciones que pasarán a la historia del Rock como una de las mejores de todos los tiempos, y no solo por su composición, que también, sino por estar rodeada de ese halo de misterio, casualidades y extrañezas que la encumbran en el Olimpo musical junto a otros temas eternos.
Un comentario que viene al caso. Me resulta curioso que sus Satánicas Majestades, después de más de medio siglo de existencia, lleven meses anunciando (de forma un tanto enigmática) el próximo lanzamiento de un nuevo disco para finales de este año, Blue & Lonesome, una vuelta a sus orígenes cuando comenzaron tocando Blues por los garitos del oeste de Londres. Versionan canciones de los grandes del género como: Just Your Fool (Buddy Johnson), Commit A Crime (Howlin' Wolf) o de la que toman título Blue and Lonesome (Little Walter).
Y digo que despierta mi curiosidad, no solo porque renuncian en la portada a los colores corporativos de su logo, los famosos labios y lengua, pasan a ser azules por aquello del Blues, sino porque espero con cierta inquietud ver y oír el nuevo trabajo de los Rolling Stones, una superbanda que a pesar de estar siempre en la cresta de la ola, no ha sacado un disco realmente bueno desde hace más de treinta años, exceptuando el Voodo Lounge (1994). Habrá que esperar y más con la garantía de la anunciada colaboración de Eric Clapton,... ya veremos.
Volvemos con Simpatía por el Diablo, ¿o tal vez es compasión?, incrustada en el primer corte del Beggars Banquet. Parece ser que el bueno de Mick leyó la novela El maestro y Margarita sobre la visita de Satanás a la antigua URSS. Le impactó tanto que concibió la idea de escribir una canción interpretando a un refinado Lucifer, el cual presume, sin querer decir quién es, de ser el artífice de algunos de los peores sucesos de la humanidad, como la crucifixión de Cristo, el asesinato de la familia Romanov en la Revolución Rusa, la Segunda Guerra Mundial o los magnicidios de los Kennedy. Una letra espléndida y curiosa que merece la pena conocer. Una metáfora a la hipocresía de la raza humana personificando el mal en Satán en vez de buscarlo en nosotros mismos.
Musicalmente resultó bastante complicada, al principio nació como un tema folk con guiños a ritmos brasileños, con el africano Rocky Dijon a las congas (otro de esos instrumentos que decíamos atípicos en el Rock) dándole aires de samba. Keith Richards no sólo se encargó de su guitarra eléctrica (su mejor solo), sino también del bajo dominante durante toda la canción. La insólita sucesión de sonidos, con Bill Wyman a las maracas junto a la percusión, los chillidos simiescos con el paulatino enfado de Jagger, el piano gospel de Nicky Hopkins y los ¡woo woo! de los coros nos sumergen en ese ambiente tan familiarmente extraño como salvaje.
Los Stones ya venían acompañados de la polémica por letras sexualmente explícitas, por uso de drogas o por las primeras acusaciones de satanismo de su anterior y falluto disco Their Satanic Majesties Request. Sympathy for the Devil, volvió a levantar las acusaciones de ser adoradores de Mefisto y de ser una mala influencia para los jóvenes desde los círculos más conservadores de aquellos años. Por si fuera poco, en el caótico concierto de Altamont Speedway Free Festival en California junto a Santana, Jefferson Airplane, The Flying Burrito Brothers y Crosby, Stills, Nash & Young, durante la actuación de los Rolling murió un joven a manos de los Angeles del Infierno, asombrosamente encargados de la seguridad, en ese momento no la tocaban, pero se convirtió en una canción maldita relegándola al ostracismo durante años.
A finales de aquel extraordinario 1968, se produce otro hecho singular, la grabación de la película The Rolling Stones Rock and Roll Circus, al que pertenece el vídeo de hoy. Dos conciertos en una carpa circense completando la atracción con The Who, Taj Mahal, Marianne Faithfull y Jethro Tull. Otra historia insólita, la película no salió publicada hasta 28 años después en 1996. Se pensó para ser emitida por la BBC, pero los Rolling Stones se negaron achacando haber tenido una pobre actuación por causa del cansancio, dicen las malas lenguas que el verdadero motivo fue porque se sintieron superados por unos Who mucho más en forma. En la ficha podéis ver la peli completa, no tiene desperdicio.
Seguimos con cosas excepcionales. Si observáis el vídeo podéis ver a un poseído John Lennon junto a Yoko, no estaba allí por casualidad sino por un hecho puntual y único al ser su primera actuación fuera de los Beatles, él junto a Eric Clapton, Keith Richards y Mitch Mitchell formaron para la ocasión una efímera banda llamada The Dirty Mac, detalle que creo es poco conocido.
Ahora una actuación más reciente, concretamente del 2006, donde podemos ver la evolución de la canción y si estos actuales septuagenarios han hecho realmente un pacto con Belcebú.
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