miércoles, 23 de noviembre de 2016

Fantasía frente a realidad, Alejandro Casona ante Enrique Bunbury: La sirena varada

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La Sirena Varada. Héroes del Silencio
Nombre: La sirena varada
Intérprete: Héroes del Silencio
Publicación: 1993
Autor: Enrique Bunbury
Género: Rock / Españolitos

Bonus track:
Actuación TVE ´93
Versión acústica ´96. También en MTV
Directo Zaragoza Reunión ´07
Referencias:
Wikipedia Obra literaria y canción
Loba Esteparia
Opinar en estos tiempos

Son muchas ya -más de las que yo mismo esperaba- las ocasiones en las que he reseñado en este blog sobre bandas que tradicionalmente no han sido de mi gusto, sobre grupos por los que incluso he sentido un injusto y hasta desmedido rechazo en ciertas etapas de mi vida, desgraciadamente no tan lejanas como pudiera parecer o a mí al menos me gustaría creer. Y es que lo reconozco, desde bien pequeño los prejucios jugaron un papel importante en mi vida, con especial incidencia en esto de la música. CEPORRO!!!

Sucede que -los que que tengan "taitantos" estarán de acuerdo conmigo-, la edad hace que todo se suavice. Quizá ya nunca podamos experimentar esa maravillosa sensación de libertad de antaño, y es más que probable que jamás vuelva esa palpitante impresión ante nuevas y fascinantes vivencias, pero a cambio, somos capaces de aceptar e incluso perdonar lo que hace años creíamos imposible, a disfrutar de otra manera. Tal vez creamos que perdemos en este cambio, pero no creo que sea cuestión ganar o perder, sino de madurar.

Héroes del Silencio
Héroes del Silencio en sus años mozos


¿Y por qué toda esta monserga? Pues porque justamente es lo que me sucedió con Héroes del Silencio, los protagonistas de hoy. Con tan sólo 12 añitos yo ya era fan de Ozzy o Dio y me molestaba profundamente que la inmensa mayoría de amigos del barrio evocaran constantemente aquel Maldito Duende para hacerse los tipos duros. Peor aún en la época de Instituto, cuando el álbum Avalancha convirtió a toda la muchachada en fervientes seguidores de los maños logrando aquella Chispa Adecuada encender mis más pérfidos pensamientos.

Sin embargo, poco después y para mi propia sorpresa, una canción me conquistó de manera fulminante, algo realmente curioso si atendemos al hecho de que había sido ya publicada un par de años antes y no entendía un carajo de la letra.

Y es que por aquel entonces desconocía por completo que las líricas de Bunbury estaban basadas en la obra literaria de mismo nombre escrita por Alejandro Casona, un dramaturgo asturiano que no era totalmente desconocido para mí, pues en mi época de Instituto (ya sabéis, la de mi odio exacerbado) tuve que leer otra de sus obras, El Retablo Jovial.


El escrito en cuestión, o sea, La Sirena Varada, es una obra de teatro que básicamente enfrenta realidad ante ilusión, sentido común frente a fantasía. Se podría decir pues, que es una invitación a escapar de nuestra realidad, una especie de refugio donde poder guarecernos del hartazgo cotidiano, incluso de la frustración y hasta la crueldad humana.
Alejandro Casona
Alejandro Casona, autor de la obra
Precisamente por esta circunstancia, la evasión de la realidad, Casona fue muy criticado en el momento de la publicación, hacia 1934, (si bien es cierto que a su vez también obtuvo el Premio Lope de Vega del Ayuntamiento de Madrid) acusándolo de promover la deserción en una situación verdaderamente complicada y agitada en lo político y social, y que poco después desembocó en La Guerra Civil Española. Sin embargo, según el propio autor, no se trata en absoluto de una obra escapista; incluso más bien todo lo contrario, plantea demostrar que la fantasía finalmente está irremediablemente condenada al fracaso.

Para esbozar todo este argumento, se sirve de una serie de personajes muy peculiares que deciden abandonarse a vivir en un mundo de sueños, un caserón donde el sentido común deja de existir y cualquier contacto con la realidad -llamarse entre ellos por su verdaderos nombres por ejemplo- está taxativamente prohibido en esa ´República de hombres libres´.
Entre tanto pintoresco sujeto (un fantasma que quiere ser jardinero pero se entera de que está muerto y fue Napoleón, un árbol imaginario que siempre se pone en medio o un pintor con los ojos vendados al estar cansado de ver siempre los mismos colores) destacan, a mí entender, tres: Ricardo, el pudiente dueño del caserón y excéntrico creador de este irreal mundo, Don Florín, el único ajeno a la sinrazón de aquel extraño universo que se empeña en destapar lo que realmente allí sucede, y María, una misteriosa mujer que afirma ser una sirena salida del mar huyendo de una dolorosa existencia en busca de un ambiente más amable.

La aparición de Sirena, auténtica protagonista de la obra, es la que desencadena los acontecimientos, pues entre ella y Ricardo surge el amor, un amor que de ningún modo puede ser vivido en una atmósfera irreal, por lo que Ricardo ha de enfrentarse a la verdad para amarla, por muy dura que sea. Es entonces, en ese preciso momento, cuando Ricardo se percata por fin de que la realidad es inapelable, comprendiendo a su vez los verdaderos sentimientos de todos los que le rodean. Es por ello que quita las cadenas al fantasma, descubre los ojos del pintor y besa con infinita ternura las manos de su amada en lo que pudiera considerarse como un pequeño atisbo de esperanza en la derrota frente a la realidad.



Aplicando todo esto a la canción de Héroes del Silencio, si ya cuando no alcanzaba a captar la verdadera interpretación de las líricas de Bunbury, me encantaba el tema, qué decir ahora al comprender el simbolismo del mar y las algas enmarañadas en los dedos como imagen del inicio de una relación complicada, de que el ancla a babor que tiene en un extremo la argolla y en el otro tu corazón pudiera aludir a la situación de Sirena al salir del mar e incluso al irremediable estancamiento y conformidad de nuestra propia rutina y miseria de espíritu frente a nuestros sueños e ilusiones de antaño, de que los párpados no aguantan ya porque prefieren soñar y no enfrentarse a la cruda realidad, de que el cielo no parece escuchar cuando le preguntamos porqué nuestros sueños nunca se cumplieron, de que el miedo a traspasar la frontera de los nombres se refería al temor de los habitantes del caserío con cualquier contacto con el exterior y de porqué Bunbury anima a Sirena, varada por la realidad, a volver al mar en lo que claramente es una defensa de la imaginación frente al sentido común.

Y es que no lo olvidemos, a veces es necesario escapar a nuestro propio mundo de ilusión para conocer la verdadera realidad que nos rodea.




Para finalizar, decir que el videoclip muestra por un lado al grupo en unas grandes bodegas donde se pueden ver enormes tinajas y barriles, ubicados en una antigua cartuja de Talamanca de Jarama y por otro a una actriz que representa a la sirena con un llamativo vestido rojo en la playa de Villajoyosa. 



Dedicada a mi amigo Cristian, ese gamer maño (no podía faltar hoy por aquí) y ocasional psicólogo de urgencia 😜 y a Manolo y Fernando por su paciencia y amistad.

8 comentarios :

  1. Excelente reflexión, Jake. Los prejuicios son el peor enemigo de la música y estos se hacen más evidentes cuando somos jóvenes y necesitamos estar incluidos en una tribu o colectivo que nos proteja, cuando parece que estamos obligados a ver la vida en clave de opuestos excluyentes, de contigo o contra mí, de heavy o new wave. Afortunadamente me di cuanta pronto que no se puede dejar de escuchar música por el "qué dirán", desde que me di cuenta de eso he sido más feliz escuchando música y he podido abrirme a estilos que, con 15 ó 16 eran impensables. Ayer mismo estuve viendo a Madeleine Peyroux, blues y canción americana vestidos de jazz, una propuesta que en la adolescencia jamás hubiera siquiera valorado como digna. He visto dos veces a Héroes del Silencio y fue muy satisfactorio, una banda de las más interesantes que ha tenido el rock español, y también me gusta mucho la carrera en solitario de Bunbury, aunque sé que tiene muchos detractores. Saludos.

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    1. Te sorprenderías de los grupos que dejé de escuchar en mi juventud, y que ahora son auténticos referentes en lo musical para mí.

      Últimamente estoy empezando a dedicar algo de tiempo a los discos de Bunbury, y realmente merecen la pena.

      Gracias Raúl por participar en este humilde blog, siempre es un placer.

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  2. Muy buena entrada. No podía dejar de comentarla. En efecto, lo que cuentas nos ha pasado a todos más o menos matizado con las circunstancias personales de cada uno. Pero si hubiera hecho caso a solo uno de aquellos que decían que si era "heavy" no podía escuchar a tal o a cual grupo, desde luego no hubiera disfrutado ni una décima parte de la música existente.

    Y no sólo eso, sino que tampoco hubiera hecho la música que he hecho, tanto en grupo como en solitario.

    La Sirena Varada es una de mis canciones preferidas de Héroes del Silencio, aunque nunca hice versión de ella (no es de las fáciles). Con esta entrada ya sé un poco más sobre lo que quiere decir la letra.

    La referencia al mendigo, ¿sigue siendo algo que comentaron de una persona con la que coincidieron en un tren o también hace referencia a dicha obra literaria homónima?

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    1. En primer lugar perdón por la tardanza en responder, y segundo y más importante, bienvenido de nuevo al blog, se te echaba de menos.

      Respecto alo que comentas del mendigo siempre a tu lado, consultando un poco por ahí parece que se refiere a la miseria de espíritu que siempre acompaña al ser humano, aunque sinceramente no descarto la anécdota que comentas, incluso tiene más sentido.

      Gracias y saludos.

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  3. Algunos errores veo en tu interpretación. Invitar a la sirena a volver al mar no es una defensa de la imaginación, sino de la realidad. La sirena representa la fantasía y le pide que vuelva al mar, es decir, al lugar natural de las sirenas, pide a la fantasía que se marche para que quede María, la persona real.

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    1. Hola,

      Puede que lleves razón, pero yo no lo veo así. Si la sirena está varada por la realidad -en tierra, digamos- lo que necesita (creo) es volver al mar, para dejar de estar varada, o sea, volver al mar a ser sirena, personajes de fantasía, no lo olvidemos.

      Gracias por comentar.

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  4. Hola me ha gustado mucho la interpretación de la letra desde tu perspectiva, realmente como dices un comentario antes, escuchar a Enrique merece pero no creo que la pena en sí, solo lo merece... tanto en grupo y como solista hay canciones realmente buenas.

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    1. Hola Liz. Entiendo lo de "merecer la pena" como un halago, ni mucho menos es una pena propiamente dicha, todo lo contrario, un gran placer, especialmente en temas tan inmensos como este que ambienta la entrada.

      Gracias por comentar, un saludo

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