Preámbulo. Nunca he sido mucho de La Uniøn, quizás por considerarles unos poperos algo empalagosos o quizás por un cierto hartazgo de su Lobo hombre en París que durante tanto tiempo machacó mis tímpanos, aun reconociéndola como una estupenda canción.
La trampa. El caso es que el pasado 20 de Agosto actuaban en La Manga del Mar Menor en un concierto gratuito patrocinado por una cadena de radio. Mi media naranja quería ir, de primeras fruncí el ceño, pero mis dos vástagos aceptaron también la propuesta y no era cuestión de perder la oportunidad de ver a un grupo españolito de los de antes con la family y con Juan, preciado añadido de mi hija, una ocasión única que no podía desperdiciar.
In situ. El lugar era una explanada cerca de la playa Mistral habilitada para el evento, rodeada de los típicos chiringuitos de comida rápida y para tomarse un asqueroso mojito o un cubata de marca dudosa, al fondo un escenario medio decente con luces y sonido medio aceptables. En cuanto al publico, de todo; mucho crío y silletas guiadas por gente de mediana edad, adolescentes de veraneo aprovechando la gratuidad del asunto, curiosos a verlas venir y algún que otro fan verdadero rememorando viejos tiempos. No olía ni a cannabis, ¡miento!, detrás mía una mujer espetaba de forma irónica a alguno de los pocos fumetas: "¡enciéndete otrooo!". En fin, no prometía precisamente ser un concierto de los que marcan época.
El golpe. Tras los teloneros aparecieron Rafa Sánchez, Mario Martínez y Luis Bolín, los actuales componentes de La Uniøn. Para ir calentando el ambiente empezaron con unas buenas versiones de clásicos como Long Train Running de los Doobie Brothers o Tainted Love de Gloria Jones (la tan famosa versión de Soft Cell de los 80). Objetivo conseguido, despertaron a un amuermado personal. Rafa, el vocalista, había empezado su show particular.
Obviamente, aquello distaba muchos de sus directos triunfales, del fervor de las masas, de un gran recinto a reventar, de los grandes momentos de tiempos pasados por España y Latinoamérica, pero en aquella apacible noche estival y ante unos centenares de personas nunca transmitieron síntomas de desidia, de cumplir con lo justo e irse... sino todo lo contrario.
Es por lo que me dije de dedicarles esta humilde reseña, por el entusiasmo y ganas de Rafa, bien acompañado por la banda, abrumaba, lanzaba sensaciones a raudales del que siente y gusta por lo que hace. Saltando, animando y recitando versos, con esa voz que poco tiene que envidiar a la de Constantino Romero se ganó pronto a la peña que ya no era indiferente, de repente todos eramos seguidores con los brazos en alto cantando sus canciones en un mimetismo total con el grupo. Aquello había cambiado.
Con el respetable entregado, siguieron con sus canciones de siempre elevando la temperatura ambiente hasta llegar a la dichosa cancioncita del lobo parisino provocando la catarsis generalizada, todos, inclusive los morenitos jóvenes y jóvenas, la cantaban a grito pelado como si fuera la canción del verano.
La huida. Después de varios bises y aclamados por la crítica internacional, se acabó. No es que fuera una experiencia religiosa como diría aquel, pero nos dejó un buen sabor de boca, de un guitarrazo se cargaron temporalmente mi particular choque generacional marchándonos satisfechos para casa, una agradable sorpresa en una noche agradable.
Vamos a recordar cronológicamente algunos de los temas que tocaron. ¡¡Chapó por Rafa y cía!!
Lobo hombre en París (Mil siluetas, 1984)
La cancioncita de marras está considerada como uno de los éxitos más populares del Rock en castellano, La Uniøn se inspiró en el cuento El lobo-hombre (Le loup garou), escrito por Boris Vian en 1947. Son muchas las versiones, por destacar alguna la del grupo colombiano The Mills, existe una edición de esta última con Andrea Echeverri, vocalista y líder de Aterciopelados. Ha sido clasificada por la Rolling Stone con el nº 61 en las 200 mejores canciones del pop-rock español (2010).
Sildavia (Mil siluetas, 1984)
Este videoclip no es el oficial, es una versión bastante más reciente, pero refleja a la perfección lo que quería decir en la parrafada; profesionalidad, adaptación y sentimiento 30 años después. Sildavia es el país imaginario de Las aventuras de Tintín.
Maracaibo (Vivir al Este del Edén, 1988)
Ellos mismos se ocuparon de la producción de su cuarto álbum, Vivir al este del Edén. Convertidos en trío tras la marcha de Íñigo Zabala, atravesaban un momento dulce en su carrera, su reciente y triunfal gira americana y sus remezclas para discotecas le dieron un gran impulso internacional.
Más y más (Vivir al Este del Edén, 1988)
Una de las populares sintonías de La vuelta a España en este caso de 1989. Un mensaje sensual que escandalizó a más de uno. Parece ser que Rafa tenía una pierna rota en el videoclip.
Vivir al Este del Edén (Vivir al Este del Edén, 1988)
Una de las que más me gustan. Otro vídeo reciente con la intervención de Nacho Campillo (Tam Tam Go).
Ella es un volcán (Tentación, 1990)
Metáfora hecha canción, mujer ardiente, sexy e insaciable, la repera, según las malas lenguas pudiera referirse a un romance de Rafa con Cristina Tárrega.
Un buen repaso por su discografía más popular ;)
ResponderEliminarDesde pequeña soy seguidora de La Unión, son los mejores, los amo!!
ResponderEliminarBuena fiesta
Qué me gusta a mí que contemos nuestras cositas personales! ;)
ResponderEliminarGracias a este este estupendo artículo acabo de descubrir, o más bien caer en la cuenta, que me gustan más canciones de La Unión de lo que pensaba o recordaba, con especial incidencia en Maracaibo.
Se nota que los que somos de La Unión somos especiales...
Efectivamente, sois espe...címenes ;)
EliminarQué bueno volver a verte por aquí
Abrazos Jake