No se si os pasará a vosotros.
Hay canciones que se repiten en tu memoria. De repente, accionadas por algún extraño resorte de tu mente, activan el Juke-Box. Ya sabeis... ese mecanismo que todo buen melómano que se precie, que fué o que será sin saberlo, lleva en la cabecita.
A menudo son temas escritos hace ya una eternidad y que en su tiempo ni siquiera prestaste atención.
Incluso llegaste a despreciar. Pero por alguna razón se quedan ahí, agazapados. Esperando la mínima oportunidad para salir a escena con sus acordes.
A veces me sorprendo tarareando sus compases cuando estoy haciendo algo que realmente me gusta. Cuando estoy en pleno "flujo mental" concentrado en alguna actividad que me apasiona.
En otras ocasiones, sin embargo, son "otros" los que hacen fluir sus notas. La visión de un perro pastor jordano, parapléjico por un disparo pero que tras su recuperación parcial y gracias al amor de su dueño -que no "amo"- siguió a lo suyo como si tal cosa. O ese vendedor de cleenex del semáforo por el que pasas todos los dias, nunca molesto y siempre agradecido cuando compras su mercancía.
O pensar en los dos amantes bajo la sombra del Muro de Berlín que se juraron amor eterno, pese a ser tiempos difíciles. Y sobre cuya historia, según contaba la leyenda, se inspiro el Duque Blanco para hacer la canción. Aunque... muchos años mas tarde confesara que su inspiración fué la de otros amantes, de historia bien distinta, pero quizá también heroica. Quién sabe.
El caso es que las notas de esta joyita (ahora lo sé) están ahí. Siempre dispuestas a endulzar la ocasión con algo de... épica. Aunque los verdaderos héroes... sean cotidianos.
Me gustaría que pudieras nadar
Al igual que los delfines
Al igual que los delfines pueden nadar
aunque nada
Nos mantendrá juntos
Podemos ganarles
Para siempre jamás
Oh, podemos ser héroes
Sólo por un día
Al igual que los delfines
Al igual que los delfines pueden nadar
aunque nada
Nos mantendrá juntos
Podemos ganarles
Para siempre jamás
Oh, podemos ser héroes
Sólo por un día
Aun así... en ocasiones también me acuerdo que fueron sus notas la banda sonora a través de la cual Cristina F. y Detlef nos contaron su bajada a los infiernos. Un "infierno" que empieza por la misma letra y significa casi lo mismo que el titulo de la canción.
Un lugar del que muchos no salieron. Años difíciles, los finales de los setenta. Para muchos.
Quizá fue por eso que el mismo Bowie catalizó sus ansias de cambio en esta canción (y el álbum que la albergaba). Una ruptura con el pasado, con la fama y con los excesos. Y una mirada al futuro. A la renovacíon permanente del Gran Camaleón. Quizás. Supongo que todos podemos ser delfines. Todos podemos nadar. E incluso... ser héroes. Por un día.
Pero no para siempre jamás.
Y es que... como dijo Brian Eno en una entrevista en 2007:
Es una canción hermosa... pero muy triste a la vez. Es que podemos ser héroes y todo, pero siempre sabremos que nos falta algo, que algo hemos perdido...
Uno de sus bombazos. Un sonido distinto a lo que venía haciendo, experimentando y jugando al despiste como siempre ha hecho.
ResponderEliminarUna genialidad de un genio, de su etapa berlinesa la más creativa, lástima que fuera perecedero.
Como bien dices el gran Duque Blanco siempre estará en nuestra memoria.
Saludos Patarran Tran Tran Tran Tran.......Patarran
Este tema es de esas obras maestras que hay que ir saboeando a cada escucha.
ResponderEliminarGran elección.
Saludos sintéticos.
Gran homenaje al recientemente fallecido Bowie, más aun al conocer el hecho de que la canción fue "reservada" el año pasado, mucho antes de ni tan siquiera imaginar tan triste desenlace.
ResponderEliminarGracias por colaborar un año más.