Saludos de nuevo bluser@s. Volvemos a retomar estas placenteras publicaciones sabatinas, donde lo que prima es alimentar el espíritu con buena música y para ello, no hay nada mejor que el Blues.
Aprovechamos esta tercera entrega de los magníficos documentales de Scorsese para rendirle pleitesía. En esta ocasión el director R. Pearce, cuenta la odisea de Blues Boy King, homenajeando a la ciudad donde surgió un nuevo estilo de blues, Memphis.
Aquí le tenéis en una actuación en Montreux (1993) con uno de sus más famosos temas, The Thrill Is Gone. Lucille se ha quedado muda. Como anécdota y para quien no lo sepa, en 1949 estaba King en Arkansas dando un concierto, cuando hubo que desalojar la sala a causa de un incendio, él volvió arriesgando su vida para sacar a su guitarra. Después se supo que el fuego se produjo al pelearse dos hombres por una mujer, ella se llamaba Lucille.
Maravilloso. Se va algo más que un músico. Ayer su público le pudo rendir homenaje en el Palm South Jones Mortuary de Las Vegas. El Miércoles será transportado en avión a Memphis, ciudad muy querida por King. Tras llegar al aeropuerto será trasladado en comitiva al Handy Park en Beale Street, donde se le realizará un homenaje. Después sus restos serían llevados por carretera a Indianola (Mississipi), a la que consideraba su hogar, para darle sepultura en el Museo B.B. King el próximo día 30.
Ha sido oír las primeras notas del último vídeo y ponérseme la piel de gallina. Esa guitarra no sonaba... hablaba.
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