Aquel 3 de febrero de 1959 viajaban a bordo de aquella avioneta camino de unos conciertos Buddy Holly, Ritchie Valens y JP Richardson "The Big Bopper". Aunque casualmente casi ninguno iba a viajar en ese avión, el destino y las prisas acabaron con estos mitos. Todos jovencísimos, el propio Valens tenía sólo 16 años.
Un joven repartidor de periódicos que contaba con trece años quedó conmocionado al leer la noticia que aparecía en la portada del diario que estaba vendiendo. Ese niño era Don McLean, y compuso una canción que se ha convertido en todo un clásico, American Pie.
Una canción que habitualmente se ha bailado con alegría por aquello de que tiene una parte muy "movidita", cuando en realidad es una elegía a esos grandes que murieron, una canción de lamento en señal de duelo
La canción no nombra a ninguno de los afectados pero si los menciona metafóricamente en un fragmento:
...y los tres hombres a los que más admiro, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, tomaron el último tren hacia la costa, el día en que la Música murió...
En una entrevista le preguntaron a Don McLean que significaba American Pie para él, y la verdad es que no pudo ser más sincero en la respuesta: "Significa que no tendré que volver a trabajar durante el resto de mi vida".
Estamos ante una de las canciones que más leyendas urbanas han despertado en la historia de la música, desde el significado real de ese "pastel americano", pasando por el nombre de la avioneta siniestrada y un sinfín más, aunque lo más cierto y exacto es que American Pie es sólo eso, un concepto, una idea de lo que es puramente americano, una marca, algo así como el Toro de Osborne a la española, una seña de identidad.
Como dice el libro Paul está muerto y otras leyendas urbanas del rock:
El día que la música murió se escribió la primera página de la crónica negra del rock. Buddy Holly y sus acompañantes fueron los primeros héroes caídos y demostraron de esa manera que esos dioses de la música al igual que cualquiera de nosotros también eran personas normales y mortales.
Aquellos que se fueron aquel fatídico día cambiaron el concepto de la música y pusieron los cimientos de lo que vendría después...
Tienes la culpa de que el famoso tema que oí por primera vez siendo un chaval ya no se me despegue en todo el día, por lo pegadizo que es.
ResponderEliminarTanto me acuerdo de esta canción que la tengo en mi repertorio de temas "perpetrables" a la batería.
Un saludo.
Sr. Cayetano, culpe al ínclito McLean. El que suscribe se lava las manos :). La verdad es que pocas canciones se antojan más pegadizas que esta en este segmento musical.
EliminarA ver si nos subes más videos de ensayos. Siempre gustan.
Un saludo
Esta era una de las que tenía planeada publicar. De hecho, incluso llegué a buscar información sobre ella y encontré este excelente artículo que recomiendo fervientemente leer para entender en profundidad el significado de las líricas.
ResponderEliminarEfectivamente casi ninguno de ellos iba a viajar en la avioneta pero diversas circunstancias hicieron que Valens y The Big Bopper finalmente lo hicieran, en lo que sin duda es uno de los más importantes acontecimientos de la música del s.XX.
Así pues, gracias Félix por añadir tan trascendental suceso a nuestro blog, el cual presume con orgullo de contar con tu amistad y fidelidad.
Me hice el mismo planteamiento que tú, Jakesnake. No podía ser que este Blog no contara con American Pie entre su catálogo. Ya sé que no pueden estar todas, pero consideré que este era un tema clave en la historia de la música por sus múltiples connotaciones. Buen análisis en el artículo que recomiendas.
EliminarGracias a vosotros
Un tema que uno no se cansa nunca de escuchar.
ResponderEliminarEs muy bueno.
Saludos sintéticos.
Sin duda, Eduardo. Como decía Cayetano, se nos mete en la cabeza (para bien) y no lo soltamos... ;)
EliminarSaludos
Voy a pintar flores gigantes, que impere la paz. Coño si parece que aun tengo mi melena de joven.
ResponderEliminarGracias Felix, me a rejuvenecido usted, con el ese fierabras de la música.
Estás hecho un chaval don Pedro. Un experto del sonido con mayúsculas que ha montado espectáculos por media España tiene mucho pedigrí musical a cuestas. Que vd. lo pinte bien.
ResponderEliminarEfectivamente, has encontrado un hueco, mejor dicho un agujero negro, en nuestro Musicae con esta imprescindible, popular y preciosa canción. Todavía estoy atónito.
ResponderEliminarEs el riesgo que corremos con colaboradores tan buenos como vosotros. Durante este mes, no salgo de mi asombro.
Demuestra la cantidad de canciones que se han hecho en el universo musical a lo largo del tiempo, ¿sigue siendo infinito o se expande?
Saludos
Todo Superman tiene su Kriptonita, Nostromo. El listón está muy alto en este blog y los compañeros que están colaborando aún suben más el nivel. Es hora de citar al insigne filósofo Buzz Lighyear y decir aquello de "Hasta el infinito y más allá... con Musicae Memorandum" ;)
ResponderEliminarSaludos
Con lo que me gusta y conociendo (creía) más o menos su historia, ignoraba que Don McLean tenía sólo 13 años cuando la escribió :/
ResponderEliminarExcelente ;)