Cuando uno es muy aficionado a esto de la música (entiéndase muy aficionado como casi obsesionado), a lo largo de su etapa melómana, la cual normalmente dura toda una vida, suele variar sus gustos en lo que a estilos y bandas se refiere. Incluso es normal que nos sorprendamos a nosotros mismos disfrutando con grupos que años atrás habíamos marginado.
Pero hay otros que desde el principio, normalmente en la adolescencia, nos cautivan de manera inexorable creándose un vínculo casi imposible de romper. El sentimiento llega a ser tan profundo que los consideramos casi como si fuera de nuestra propiedad, como algo propio, llegando en cierto modo a formar parte de nuestra vida. No importa que casi nadie o que millones de personas piensen igual que tu, ni que con el tiempo los escuches cada vez menos, siempre serán especiales.
En mi caso, tengo a muchos artistas y bandas en lo alto de mi eterno pedestal, pero si tuviera que elegir solo uno (lo cual se me antoja imposible) es muy probable que escogiera a Iron Maiden. Porque fueron ellos los que desde bien enano hicieron brotar en mí la fiebre por la música, y concretamente en aquel momento por el Heavy. Y sobre todo porque fueron fieles compañeros durante toda mi juventud. Especial recuerdo para el concierto en La Cubierta de Leganés en aquel viaje de pirados y también para mi primer concierto, con 15 años, una de las mejores experiencias de mi vida. Algo así como desvirgarse con Angelina Jolie, inolvidable.
De entre todas las joyas que componen su extensa trayectoria, que son muchísimas, he optado por Hallowed be thy name por varias razones. Una porque forma parte de The number of the beast, su mayor obra de arte. Dos porque es la canción que siempre cantábamos al finalizar los botelleos (que no botellones) de camino al garito en un perfecto y etílico spanglish. Y tres, porque tal vez estemos hablando de LA MEJOR CANCIÓN HEAVY DE LA HISTORIA. No lo pienso solo yo, es un hecho casi objetivo.
Se trata de un relato compuesto de manera sublime por Steve Harris, el incombustible bajo y líder absoluto de la formación, que narra en primera persona los últimos momentos y pensamientos de un convicto justo antes de ser llevado a la horca. La soberbia letra, magistralmente acompañada por los instrumentos tanto en la parte lenta como en en la rápida, adquiere en la voz de Bruce Dickinson (recién llegado a la banda) una dimensión tan estremecedora que por momentos parece que fuera uno mismo el condenado.
El protagonista, del que se desconoce el delito por el que fue condenado a muerte, es una persona muy religiosa, probablemente un sacerdote o creyente católico condenado del s. XVI o XVII. A pesar de su enorme fe, en un momento de desesperación llega a cuestionarla en un claro contraste entre lucidez y duda. Parece admitir que es culpable, pero nunca muestra signos de arrepentimiento. Aunque asegura no tener miedo a la muerte no puede evitar un creciente temor, afirmando finalmente que la vida mundana es tan solo una extraña ilusión que no puede ser entendida hasta que tu hora está próxima.
Como no podía ser de otro modo, el hombre es ejecutado en el preciso momento que se pronuncia "Hellowed be thy name" ("santificado sea tu nombre"), frase que solía invocarse en las ejecuciones para que todos los pecados del desgraciado fueran perdonados y que supuestamente fue la única que en realidad Jesús enseñó a sus discípulos.
Para ilustrar el tema de hoy no voy a poner la versión original de estudio, a pesar de la participación en ella de mi admirado Clive Burr, sino la versión del Live after death del ´85, un directo absolutamente imprescindible que mi primo me regaló y que cambió mi vida.
UP THE IRONS!!!
"I'm waiting in my cold cell..." Mítico. Suscribo todas tus palabras.
ResponderEliminarJajaja Muchas gracias Álvaro
EliminarTambién yo debo suscribir buena parte de tus palabras y unirme a la numerosísima lista, me atrevo a suponer, de los "enanos" que dimos nuestros primeros pasos en esto de la música de la mano de los míticos Iron Maiden. Junto con algún otro grupo —en mi caso, sobre todo, AC/DC— eran los dioses del Olimpo, sentíamos por ellos auténtica veneración.
ResponderEliminarFíjate si habré oído veces este tema, pero nunca supe, más allá de lo que cabría deducir vagamente de la imagen y el estilo del grupo, de qué iba la letra. Entonces no teníamos Internet ni nos planteábamos siquiera averiguar estas cosas: la música bastaba para crear mágia y emoción. Nunca llegué a imaginar, y ahora me sorprende, la calidad y el mensaje trascendente del texto. Como para hacer reflexionar, no a los adolescentes que éramos entonces, sino a cualquiera.
Gracias por el aporte, y un saludo.
Me alegro que gracias a la entrada pudieras profundizar más en el tema y descubrir algo nuevo.
EliminarLlevas razón, somos muchos los que crecimos escuchando a estos tipos, de ahí que diga que en cierta manera formen parte de nosotros.
Gracias, un saludo.
Mozart ingenió un generador de valses que funcionaba con la suma de dos dados tirados al azar. Para ello, creo 176 compases y los agrupó en 16 conjuntos.
ResponderEliminarDicho esto, si Mozart hubiera sido heavy, se hubiera ahorrado trabajo. Y mucho.
Le habría bastado con un compás y le hubieran sobrado los dados.
Pero bueno, Mozart solo hubo uno.
Y ni tanto ni tan calvo.
P. D. No sé si se nota que no me gusta el heavy...
Puedo entender que no te guste el Heavy, supongo que es lo mismo que me pasa a mí con el flamenco. Pero me parece totalmente desacertado insinuar (así creo entenderlo por la comparación con Mozart) que el heavy es una música simplona.
EliminarDe hecho creo que es todo lo contrario; si por algo se caracteriza el Heavy es por el virtuosismo técnico de sus músicos y por la complejidad de sus composiciones. Incluso, según unos estudios recientes, al parecer, los aficionados al Heavy metal son a menudo extraordinariamente inteligentes. Aquí unos artículos interesantes al respecto:
Artículo 1
Artículo 2
Artículo 3
Saludos Caito.
Ya dije que no me gustaba ( de momento ) el heavy. Mi comentario no era ni objetivo ni pretendía sentar cátedra.
EliminarEl hecho de que alguien sea "a menudo" extremadamente inteligente, no califica sus aficciones. Los psicópatas, por poner un ejemplo, siempre son extremadamente inteligentes.
Luego echaré un vistazo a los enlaces.
En cualquier caso, al debatir, y se gane o pierda el debate, siempre queda el buen poso de una relación y el beneficio del ejercicio mental que dicho debate requiere.
Por último, virtuoso era tambien el santo Job.
To be continued...
Heme aquí de nuevo.
EliminarLos tres artículos que citas corresponen al mismo estudio de la la universidad de Warwick.
Estudio sobre 1057 jóvenes talentos.
Solo el 6% dice tener al "heavy" como música preferida.
Y de ellos se dice literalmente: ...los fans del heavy metal que participaron el el estudio tenían menos autoestima y más dificultades en las relaciones familiares y amistades.
El titular cumple a la perfección aquello de que no dejes que la verdad te estropee un buen titular, que dijo Randolph Hearst, magnate del periodismo.
Respecto a los virtuosos, son meros ejecutores. No suelen ser creativos. Son los albañiles que realizan la obra de un arquitecto.
Excepcionalmente han existido en los grandes grupos, pero solo como botón de muestra.
Ni en Beatles, ni en Supertramp, ni en Pink Floyd y así casi hasta el infinito, había virtuosos de los instrumentos.
Si había en cambio grandes creativos, arquitectos que decía antes.
Y la sofisticación no es sinónimo de perfección, ni la sencillez de vulgaridad.
Tenemos al Bolero de Ravel, que con un solo ritmo y un solo tempo es una obra maestra.
Pero Ravel no aullaba, no movía la cabeza, no hacía sangrar las yemas de sus dedos con ningún instrumento y tampoco abusaba de temas monocordes.
Deberías de haber leído completo el estudio de Warwick, los titulares siguen la doctrina de Hearst.
Sorry
Sí que los leí. Lo que apuntas es cierto, aunque al parecer se te olvidó también citar frases como " los aficionados al Heavy Metal son a menudo extremadamente inteligentes", "podríamos estar frente a un superdotado que intenta deshacerse de todas las tensiones y relajarse" o "las personas que preferían la música alternativa, el rock y el heavy metal obtuvieron puntuaciones más altas en una medida objetiva de inteligencia". ¿Como se llama la doctrina de solo destacar las frases que me interesan?
ResponderEliminarDe todos modos creo que nos estamos alejando muchísimo del tema principal. Entiendo y respeto que no te guste esta música (de momento?), pero sigo pensando que no es una música simplona, y si lo fuera, tampoco pasaría nada, porque como tu bien dices, la sencillez no es sinónimo de vulgaridad.
No es mi intención en absoluto tratar de convencerte, pero si no estoy de acuerdo en algo, lo manifiesto.
Bye
Darling, el estudio se hizo sobre jóvenes talentos de Inglaterra y Gales. Quiere decirse que les gustara lo que les gustara, ya eran talentosos. Por ese mismo principio, seguro que a alguno le gustan los chicles y no por comer chicle eres un superdotado.
EliminarSolo un 6% manifestó sus preferencias por el heavy, por lo que la percepción de "a menudo" parece exagerada, mas bien debería haberse puesto "ocasionalmente".
Y digan lo que digan, me remito a mis anteriores comentarios sobre la calificación de gustos en base a la inteligencia.
Si me parece que injustamente se ha ligado esta música a poco menos que marginalidad, violencia, alcohol y otras sustancias.
Y el publicar esta noticia, descarada y malamente copiada entre los medios, les otorgaba un buen titular.
Por último, estudio malinterpretado aparte, y a pesar de no ser santo de mi devoción, no dejo de reconocer al heavy su influencia e importancia en la historia de la música.
Y que algunas de sus composiciones son obras maestras.
Pero, al igual que me pasa con otros géneros, se me hacen algo cansinos.
Como quiera que perfectamente pudiera estar equivocado, me pongo a rezar tres avemarías y dos padresnuestros, en penitencia anticipada.
Y, seguramente, merecida.
¡Que "heavy" lo del apasionante duelo dialéctico!
Ofrezco tablas.
Saludos
Creo que te estás centrando demasiado en el estudio desviando la atención del verdadero quid de la cuestión. Fue solo un recurso que me pareció curioso para desmitificar los tópicos por todos conocidos que siempre han acompañado a este sonido.
EliminarPor supuesto y lógicamente no todos los que escuchan Heavy son inteligentes. Pero por esa misma regla de tres tampoco somos todos tontos. Ni marginados. Ni drogadictos. Ni guarros.
E insisto, bajo mi ignorante punto de vista el Heavy no es una música simple, monocorde, basada únicamente en aullar, mover el cuello y hacer sangrar las yemas de los dedos. Como dices en tu último comentario, hay verdaderas obras de arte al alcance de muy pocos "arquitectos".
Respecto a las tablas, no es cuestión de ganar o perder. Es cuestión de gustos. A mí me gusta el Heavy y a ti no. A ti te gusta (creo) el flamenco y a mi no. Tu despotricas de las Power Ballads y a mi me gustan tanto que hasta les hago un blog. Quién gana? Los dos. Y ninguno.
Y olvídate de la penitencia. Quedas absuelto. Mejor no, te castigo a seguir comentando tan inteligente, sarcástica y fielmente en este blog hasta el fin de sus días.
PD:No quieres caldo... Permanece atento, el que avisa no es traidor.
Efectivamente quien avisa no es traidor, es avisador.
EliminarGambito de dama...
Coincido plenamente contigo, Maiden son mi banda favorita y esta canción es un himno del Heavy Metal clásico. Yo también estuve en el bolo de Leganés, fue apoteósico celebrar el retorno del señor Dickinson. ¡Un abrazo, crack!.
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