Aun recuerdo la primera vez que escuché a The Black Crowes. Fue una tarde de verano en la que mi mejor amigo vino a recogerme para ir a la playa. Nada más subir en su coche, un sonido crudo de guitarras desgarradoras me llamó tremendamente la atención y ni siquiera esperé a salir de la barriada para preguntarle quieres eran esos tipos:
Los Black Crowes, más clásicos que los clásicos, respondióAsí pues, esta entrada está dedicada a mi vecino y "sin en cambio" amigo, un tipo auténtico, único, con el que he crecido, y con el que he cantado Kickstart my heart y Think about you en innumerables e inolvidables noches de locura. Y es que alguien que idolatra a Phil Lynnot, John Fogerty o David Coverdale, que bautiza a More than a feeling como nuestra canción de la amistad y que ve a Cyndi Lauper guapísima no puede ser mala persona. Y si lo es me da igual, es mi amigo y punto.
La visualización por casualidad poco tiempo después de Remedy (impresionante coreografía de Chris) fue el detonante para jurarles amor eterno a estos chicos de Georgia. Y como no hay mejor manera que comenzar por el principio, adquirí inmediatamente Shake your money maker, uno de los más emblemáticos discos de la historia del Hard Rock.
Lo más curioso de todo es que NO estamos hablando de los 70, sino de 1990, momento en el que las coloridas y estrafalarias luces ochenteras llegaban a su ocaso y el amanecer grunge ya asomaba por el horizonte musical.
Justo en aquella coyuntura aparecieron los hermanos Chris y Rich Robinson con un memorable debut repleto de encanto sureño, de riffs crudos y afilados de guitarras y de una base blues comandada por el sonido de las teclas Hammonds y Wurlitzer en manos del histórico Chuck Leavell. Algo así como una mezcla entre Rolling Stones y Allman Brothers, de Faces y Lynyrd Skynyrd, de ZZ Top y Led Zeppelin, pero con una personalidad propia y genuina que les evitó caer en una excesiva imitación colocándoles en un lugar cercano a las mencionadas históricas bandas.
Shake your money maker (nombre basado en un tema escrito por el artista de blues Elmore James) fue el disco inicial de la carrera de Black Crowes y de la exitosa trilogía inicial compuesta por The Southern Harmony and Musical Companion y Amorica, otras dos joyas imprescindibles (también incluiría aquí a By your side) de los amantes del Hard Rock. Sin embargo, y bajo mi ignorante punto de vista, ninguno de ellos alcanzó la absoluta perfección (pero casi) del debut, al cual, repito en mi ignorancia, colocaría en el Top 3 de los mejores discos de la década de los 90.
Y como la reseña de hoy se acerca más a un homenaje a este enorme disco que a una canción en concreto, en Bonus Tracks podeis disfrutar de varias de sus temas. Yo he querido destacar dos en los vídeos principales, Jealous again, mi favorita, y el impresionante homenaje a Ottis Reading mediante Hard to handle.
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