Mediterráneo, la canción de mayor éxito e influencia de la historia del pop español, es distinta, especial, única. Su letra, su estilo y su ritmo evocan de manera inequívoca la brisa, el olor, el clima, e incluso el ambiente y las gentes mediterráneas. El mejor homenaje de un poeta a su mar, como símbolo de libertad y, a la vez, como hogar.
La canción, escrita por el cantautor catalán con solo 26 años, iba a titularse en principio Amo el mar, luego Hijo del Mediterráneo, pero finalmente El Noi del Poble Sec comprendió que le bastaba con nombrar su fuente de inspiración. Da título al álbum, en palabras de su propio autor:
Un puñado de canciones que se escribieron entre agosto y noviembre de 1971 en Calella de Palafrugell (Gerona), Fuenterrabía (Guipúzcoa) y Cala d’Or (Mallorca). Siempre junto al mar.Concretamente Mediterráneo fue escrita en el ya desaparecido Hotel Batlle, al mismo borde de la pequeña playa gerundense perteneciente a la Costa Brava. Allí, mirando al mar, con el paisaje de las barcas de pescadores y el fondo de las islas Formigues, nació esta oda, cuyos primeros oyentes fueron los dueños del hotel.
Muchos pensaban erróneamente que fue compuesta durante su encierro en el emblemático Monasterio de Montserrat junto a un grupo de intelectuales y artistas, en señal de protesta por el proceso de Burgos y en contra de la pena de muerte. Este hecho, junto a su renuncia de cantar el La, La, La en Eurovisión, suponían un claro desafío al régimen franquista, lo que le valió un prolongado veto en la radio y la televisión nacional, que no pudieron sin embargo impedir el clamoroso éxito de Mediterráneo, que estuvo en la lista de discos más vendidos durante un año, permaneciendo en el Nº1 durante varias semanas.
El disco fue grabado en solo cinco días en los estudios Fonit-Cetra de Milán, donde el sello Zafiro mandaba a sus estrellas. Los directores musicales del álbum fueron Gianpiero Reverberi y Juan Carlos Calderón, productor también de Los Brincos, Aute o El Duo Dinámico, y responsable del complicado ritmo para la base de seis por cuatro con batería, percusión y bajo tan reconocible en el intro y que no se había hecho hasta entonces. Esta tarea fue ardua, pero sirvió de patrón para otros posteriormente.
La canción comienza con el poeta presentándose como un hijo del mar, donde nació y se formó como hombre, y se convirtió en portador de la esencia del Mediterráneo, un mar que funciona como elemento unificador de los pueblos a los que baña, de las diferentes culturas que han florecido a su alrededor.
Después se describe a sí mismo, cantor, embustero, con alma de marinero, es decir, hijo del Mediterráneo. Finalmente habla directamente al oyente, al que pide, cuando muera, que le entierren cerca del mar, utilizando la figura mitológica de la Parca. Su deseo póstumo es volver a su origen, al mar, con el que quiere fundirse para siempre.
En 2004 la canción fue elegida por votación popular como la mejor canción de la historia de la música popular en España, en el programa de Televisión Española Nuestra mejor canción. En 2006, la revista Rolling Stone publicó una nueva clasificación, elaborada por un total de 156 músicos de todas las épocas, en la que Mediterráneo volvía a conseguir el número uno. Sin embargo no es la canción favorita del propio Joan Manuel Serrat, quien afirma:
Algo tendrá el agua cuando la bendicen, pero si yo tuviera que elegir una canción elegiría otra.Respecto a las versiones las hay de todos tipos: Versión sinfónica junto a Ana Belén, versiones flamencas como las de Niña Pastori o Lolita, versiones Jazz como la de Iñaki Salvador cantada por Ainara Ortega, versiones Salsa como la de Santiago Feliú o más modernas, como la de Estopa. Mi preferida (adjuntada en Bonus Track), la estupenda interpretación firmada por la aragonesa Carmen París.
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