jueves, 4 de julio de 2013

Piano man, una canción de perdedores en las teclas de Billy Joel

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FichaNombre: Piano man (El hombre del piano)
Intérprete: Billy Joel
Publicación: 1973
Autor: Billy Joel
Género: Pop / Balada

Bonus track:
Actuación con Elton John
Espejo directo traducido
Referencias:
Cajón de sastre
¿Hay alguien ahí afuera?
Los pasadizos del Loser
Historias de una canción

Seguramente Billy Joel sea, con permiso de Elton John, el más reconocido pianista en la historia del Rock. Y es que este neoyorquino ha ganado seis Grammys, ha vendido más de 100 millones de discos y es el sexto artista con más ventas en los EEUU. Así pues, aunque la elección de un tema de este artista se pueda antojar complicada, para mí no lo ha sido en absoluto, ya que se trata sin duda de la canción estrella de su repertorio, de esas que finalizan los conciertos.

La letra de Piano man es un relato ficticio inspirado en los días en los que Joel, actuando como Bill Martin, tocaba de incógnito en The Executive Room, un piano-bar de Los Ángeles para poder pagar las deudas que había contraído con la discográfica tras el fracaso de ventas de su primer disco. Evoca de manera sublime la típica escena de un bar cubierto de humo a modo de niebla permanente entre la que se puede distinguir a perdedores que desahogan sus penas y frustraciones con sus copas a medio tomar, consumiendo sus solitarias vidas de igual modo que se consumen los cigarrillos en sus propios labios. Las líricas poseen una profundidad sorprendente sugiriendo los anhelos de cada uno de los personajes y su necesidad de compañía.

El personaje principal es un joven pianista que describe oteando desde su privilegiada perspectiva y en primera persona la clientela habitual del bar:

* El anciano que sentado cerca de él “le hace el amor a su gintónic” y que no logra recordar una vieja canción de su juventud.
* John (mi favorito), el tipo de la barra, rápido con las bromas y a la hora de dar fuego. Pudiera parecer el más alegre del reparto, pero su infeliz sonrisa de payaso se borra de inmediato al lamentarse por no haber llegado a ser una estrella de cine.
* Davy, recluta eterno de la marina, que charla con Paul, novelista sin éxitos que nunca tuvo tiempo para una esposa.
* La camarera amargada, que habla de política con el hombre de negocios que se emborracha lentamente.

Todos ellos conforman la distinguida y habitual audiencia que olvida sus penas fugazmente de mientras el desastrado pianista toca canciones que no sorprenden, pero evocan recuerdos de tiempos mejores. En varias entrevistas, Joel ha admitido que todos los personajes de la canción, salvo el marinero Davy, fueron inspirados por personas reales que pasaban por el bar donde trabajaba.

Esta melancólica canción de historias reales sobre gente común fue lanzada como primer sencillo de su álbum homónimo del ´73, pero no alcanzó el éxito rotundo hasta el ´77 con el ascenso comercial de Joel, posicionándola la Revista Rolling Stone en el 421º de las 500 Mejores canciones de todos los tiempos.


La adaptación española de Victor Manuel cantada por Ana Belén de 1980 no desmerece en absoluto a la original. Y que quede claro que no es una traducción, es una versión con la misma música que comparte con la original ese carácter pesimista intrínseco de los perdedores pero con un protagonismo aún mayor del pianista, un viejo perdedor vencido por una mujer, un náufrago al que le tiemblan las manos y cuyas canciones saben a derrota y a miel, desarrollándose la acción un sábado de no importa que mes en un tugurio que apesta a humo y sudor, donde borrachos con baba le recuerdan al protagonista quién fue y ya no es, el más joven maestro al piano.

1 comentario :

  1. Magnífica. Y es que el amor y los ganadores nunca se han llevado bien con las canciones, salvo honrosas excepciones.
    No hay apenas canciones de amor. La inmensa mayoría son de desamor.
    Y de perdedores.
    Esto merece un profundo estudio psicológico digno de una tesis doctoral.
    Que espero que nadie haga, pues como diría un antiguo ex-presidente de gobierno, "ni puta falta que hace".
    Y como he dicho en alguna que otra ocasión, mi nivel de inglés es bastante alto, en la modalidad de "por señas", pero ya la canción deja entrever que no es un himno a la alegría.
    Y ya lo dijo Khalil Gibran, el ruiseñor solo da lo mejor de su canto cuando se clava una espina en el pecho.
    O algo muy parecido.

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