Hubo un tiempo en que comprar un disco requería para algunos de nosotros un pequeño ejercicio de reflexión. El precio por aquel entonces se hacía un pelín duro para los exiguos ingresos con que contábamos y, al menos en mi caso, en ocasiones tenía que ser un gasto compartido con algún que otro amigo: "Lo grabamos, la cinta para tí y el vinilo me toca a mí esta vez".
En esta tesitura, para comprar un álbum te tenían que gustar al menos dos o tres canciones porque con sólo una "buena" el LP se quedaba en la estantería. Alguna vez he comentado con amigos que si las cosas ahora continuaran igual, el 99% de discos publicados se quedarían fuera de nuestra wishlist.
Una alternativa era esperar a que saliera algún recopilatorio y eso fue lo que me pasó con Enya. De la irlandesa me gustaban un par pero estaban en discos distintos, así que fue con el Paint the sky with stars (1997) con el que me mojé e invertí un dinerito en regalarme los oídos a placer cuando me viniera en gana. Caribbean Blue, Anywhere is, Only if y Watermark o The celts son mis favoritas, junto con esta de hoy, Orinoco flow, o en cristiano, La corriente del Orinoco.
Imagen: Costa de Venezuela |
El propio Río Orinoco, Trípoli, Mar Amarillo, Bisáu, Palaos, Ávalon, Fiyi, Tiree, Isla de Ébano Perú, Cebú, Babilonia, Bali, Cali, Mar del Coral, Ebudae, Jartum, Mar de las Nubes, Isla de la Luna, Dependencia Ross, Dickins... ¡Espera! ¿Qué hace este tipo en la letra de la canción?
Comenzaré contando que aunque absolutamente todas las canciones que interpreta Enya son de su propia composición -algo poco común- su letrista de cabecera es Roma Ryan, esposa precisamente de Nicky Ryan que a su vez es el representante de la compositora. Por otra parte está ese tal Dickins, Rob Dickins, director de Warner Music para Reino Unido e Irlanda por aquellas fechas.
Era prácticamente el primer disco de estudio de Enya, ya que el anterior, publicado por la BBC, sólo recogía la banda sonora que para la serie documental Los celtas compuso la artista para la cadena de televisión.
Dickins fue quién convenció a Enya para que hiciera un disco con líricas y aunque el resto de la Warner pensó que se le había ido la pinza, el director espetó un frase que a la postre se convertiría en famosa: "Algunas veces firmas para ganar dinero y otras para hacer música". Enya contó con libertad absoluta para grabar lo que quiso, como quiso.
Pensando que el estilo de Watermark no era el típico que podría liderar una lista de éxitos, hasta Ryan bromeaba con Dickins preguntándole si de aquello sería capaz de sacar un sencillo, cosa que después de la grabación volvió a recordarle: "Y bien... ¿dónde está ese single?".
Sólo una semana después se tuvo que comer sus palabras. Hasta una tienda lo llamó para decirle que se le había ocurrido poner el disco y que a continuación 45 personas lo compraron... casi todos los que estaban en la tienda en ese momento. Era algo inédito. La combinación de tecnología y folk atemporal fue un gran éxito.
Enya (o la mujer de Ryan), de manera premonitoria o simplemente casual, tuvo la ocurrencia de citar a Rob Dickins como el patrón al timón del barco que navegaba por la corriente del Orinoco:
We can steer, we can near, with Rob Dickins at the wheel. We can sigh, say goodbye Ross and his dependency We can sail, we can sail...
Rob Dickins ni se había dado cuenta durante la grabación de que su nombre aparecía en la letra, así que cuando la canción llegó a lo alto de las listas pensó "Estoy en la letra de un número 1... fabuloso". Reconoce que después de tantos años, cuando vuelve a oír esa estrofa, no puede evitar sonreír y que es una de las cosas de las que se siente más orgulloso.
El vídeo es una extensión de la imagen de la portada del disco. A Enya le agradaba esa portada que era básicamente un retrato de ella, pero con capas y capas de bonitas imágenes pintadas a mano rodeándola. Más o menos como hace ella con su música, capas y más capas.
A pesar del éxito de la canción, durante mucho tiempo la mayoría de sus fans no tenían ni idea del aspecto de Enya y ni siquiera si ese era el nombre de la vocalista o de una banda. Para proteger su privacidad, Enya siempre ha mantenido un perfil bajo en cuanto a entrevistas y promoción pública de su persona. No es habitual que ofrezca siquiera conciertos.
A pesar de esto, en el año 2000 y con A day without rain llegó a los 16.000.000 de unidades vendidas y fue nombrada la artista femenina de más ventas en 2001. Es la artista irlandesa en solitario de mayores ventas totales y la segunda tras U2. Hasta 2008 sus ventas totales de álbumes superaban los 70 millones de discos..
Su trabajo tiene entre otros una nominación a un Óscar, un Globo de Oro y un Grammy, este último por la canción May It Be que compuso para El Señor de los Anillos: la Comunidad del Anillo.
Enya tiene una gran facilidad para los idiomas y dialectos, a veces canta en su lengua materna, el gaélico y en latín o en galés, en español o japonés. Incluso algunos imaginarios como el sindarín de El señor de los anillos.
ResponderEliminarUna máquina! y musicalmente notable
Ta luego
Este tema es sencillamente precioso.
ResponderEliminarTiene muchos otros, pero con este tema fue como la conocí.
Es cierto que desde entonces repite siempre la misma fórmula.
Aunque le perdí la pista hace tiempo, siempre sienta bien escucharla.
Saludos sintéticos.
Un magnífico disco con especial mención al "Orinoco flow" y eso que no soy muy de este palo. Buenísima reseña para recuperarlo. Salud.
ResponderEliminarExcelente historia explicativa de la canción.
ResponderEliminarSi se le ocurrió la letra por Orinoco studios fue xq quería hacerle un homenaje pero de dnd sacó Orinoco studios ese nombre? Por el río, luego unió la metáfora y voilá!
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