Hay algunas cosas que agradecer a aquellos tiempos de TVE en blanco y negro; una es que había menos basura televisiva y otra es el descubrimiento en aquellas Sesión de tarde y Sesión de noche de maravillosas películas de la edad de oro de Hollywood. Así fue, como muchos conocimos a: Humphrey Bogart, Paul Newman, Cary Grant, Ingrid Bergman, Clark Gable, Rock Hudson, Fred Astaire, Marilyn Monroe e incluso a un tal........Elvis Presley.
Lo que no podemos expresar con palabras o gestos, tú lo has expresado por nosotros, y lo has hecho con imaginación, elegancia y belleza. Eres el más sensible de todos los compositores. Gracias, querido Hank.Así rezaba una carta escrita por la protagonista Audrey Hepburn, dirigida al autor de Moon River, Henry Mancini. Era inexplicable que el jefe de la Paramount Studios quisiera suprimir esta canción de la película Desayuno con diamantes. Audrey, la defendería a capa y espada y consiguió mantenerla, aunque la compañía acortó la banda sonora. Con el paso del tiempo se convertiría en una de las grandes baladas de la historia del cine.
Blake Edwards realizó una adaptación de la novela Breakfast at Tiffany's de Truman Capote -quien por cierto prefería para el papel a Marilyn Monroe-, siendo Henry Mancini el responsable de la música y Johnny Mercer quien pondría la letra. A Henry le costó componer el tema principal, dicen que más de un mes, hasta que en veinte minutos le vino la inspiración deslumbrado por los grandes ojos de Holly Golightly, el personaje que encarnaba la diva británica.
El momento álgido de la comedia, solo comparable al inicio cuando está delante del escaparate de la joyería Tiffany & Co. en la Quinta Avenida, es cuando interpreta la canción sentada en el poyete de la ventana con su guitarra. Audrey Hepburn no fue cantante profesional, ensayó unos días antes cuando supo que tenía que cantar. A pesar de las cientos de versiones, nadie ha conseguido su delicadeza, elegancia y sensibilidad, todo un regalo para los espectadores, para los críticos y hasta para el acomodador.
Obtendría el Oscar a la Mejor Canción, un premio muy reñido sobre todo teniendo en cuenta que también estaba el filme musical West Side Story. Mancini conseguiría otro Oscar por la Mejor Banda Sonora, aunque la Paramount la presentaría con esta versión del final de la película. En la Gala la cantó Andy Williams, lo que le convirtió en el intérprete preferido asociado a Moon River, dándole fama y miles de ventas de discos.
En el 2012, la película fue considerada: cultural, histórica o estéticamente significativa, por la Biblioteca del Congreso de los EE.UU. y seleccionada para su conservación en el Registro Nacional de Cine.
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