Creo que no existe en este mundo nada más inspirador que una mujer. Su belleza, su infinita ternura, su extraordinaria fortaleza. En ELLAS el amor alcanza su más pura y magnánima manifestación, el de una madre a un hijo. Además son las únicas capaces de convertir la vergüenza o el orgullo masculino en algo fácilmente superable por el hombre, quien nunca imaginó que tendría la osadía suficiente para realizar aquella locura, esa que por siempre recordará.
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Por lo tanto no es de extrañar que desde tiempos inmemorables y/o inmemoriales la mujer haya sido la mayor fuente de inspiración en Los 6 artes. Sin ELLAS es inconcebible pensar en La Gioconda de Da Vinci o La Maja desnuda de Goya. O en la Venus de Milo. ¿Qué hubiera sido de Dante sin su Beatriz o de Dalí sin su Gala?
En Música la figura femenina como musa alcanza una dimensión aun mayor, o al menos más frecuente. De hecho, en nuestro blog, ya hemos hecho referencia a esta particularidad, e incluso enlazamos un listado con más de ochocientas canciones con nombre de mujer. A este respecto, no te pierdas este curioso enlazador gráfico.
Resulta que Paul Kaufman y Mike Anthony, dos compositores de cierto renombre en el ya lejano 1960, mientras trataban de crear un hit por encargo, observaron por la ventana de su oficina un grupo de adolescentes que paseaban tranquila y despreocupadamente. Tan maravillados quedaron ambos ante el movimiento de caderas de las chicas y sus hermosas sonrisas que apenas pudieron articular palabra. Por suerte Kaufman, superando su estupor, acertó a vocalizar una frase que sirvió para prender la llama de la creatividad de su colega Anthony, quien de inmediato comenzó a escribir el hit encomendado, el cual más tarde llegaría al Nº2 del Billboard y al Nº1 en Inglaterra.
¿Y cual fue esa frase ? ¿Qué fue lo que dijo Kaufman para iluminar a Anthony de aquel modo? Pues algo tan simple pero tan perfecto que no se me ocurre nada que pueda superar esa afirmación poética y descriptivamente hablando: "POETRY IN MOTION"!!! (Poesía en movimiento). Y es que como ya dijo Gustavo Adolfo Béquer, mientras exista una mujer hermosa, ¡habrá poesía!
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Su vida, aunque desde bien pequeño no fue nada fácil, es un veraz testimonio de que la perseverancia y el talento unidos todo lo pueden. Nacido en Florida, con tan solo 9 años fue enviado a vivir con su abuela para hacerse cargo de ella. Ya casi desde esa edad, y aunque sobre el papel podría parecer que se había destruido buena parte de su infancia, comenzó a realizar sus pinitos como cantante gracias al empeño y empuje de la anciana, reportándole una popularidad tal que fue seleccionado finalista en un concurso de talentos tan de moda en aquella época, lo cual propició a su vez que Archie Bleyer le firmara un contrato por tres años.
Comenzó entonces, y siempre compaginando sus estudios universitarios y posteriormente su trabajo de periodista, a publicar una serie de singles escritos por él mismo como Dreamy eyes, I´m never gonna kiss you, Earth angel o Pledging my love. Sin embargo ninguno de ellos alcanzaban el éxito deseado, que finalmente sí llego gracias a este Poetry in motion principalmente y a otros temas ulteriores como It keeps right on a-hurtin o Heartaches by the number.
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