Otro de aquellos sonidos de feria de mi algo ya lejana pubertad (sin chascarrillos, please), en esta ocasión me ocurre con los Status Quo, concretamente con Down down. Recuerdo cuando el esqueleto del tren de la bruja, en mi tierra trenillo de la muerte, bailaba este tema, repartiendo escobazos a toda la chiquillería a diestro y siniestro al son de la canción, e incluso se permitía el lujo de vacilar y tocar su maléfica herramienta cual guitarra se tratara. Para nada un trauma infantil, son unas inolvidables imágenes sonoras.
Desde hace más de cuarenta años, que ya es algo, Status Quo ha difundido su peculiar forma de hacer Rock&roll, manteniendo su personalidad sin que les condicione el mercado. Aunque nunca los he considerado lo suficiente como para interesarme en demasía por ellos, siempre han estado ahí, es por eso, por las canciones que nos asocian recuerdos de otras épocas, por lo que le rendimos este humilde homenaje con este tema del 79.
Pero antes vamos a darle un pequeño repasillo a la dilatada carrera de estos Status Quo, por cierto una expresión latina, sin la s, muy manida en política. Surgieron en Londres en 1962 con Francis Rossi como guitarra solista y voz principal, con Alan Lancaster al bajo, con los guitarristas Rick Parfitt y Andy Bown y con John Coghlan a la batería.
Los inicios no fueron buenos, empezaron un tanto psicodélicos y progresivos llamándose The Spectres, lo tuvieron que dejar hasta que triunfaron abrazando esa mezcla de Blues/rock y Boogie/woogie conocida como Boogie/rock. El éxito les vino a raíz de firmar con Vertigo Records en 1972. Con el sencillo Paper Plane ya con su sonido característico, entraron en el top 10 de U.K. y sirvió de lanzadera para Piledriver, su primer álbum de estudio con relevancia. Han vendido más de 130 millones de copias en todo el mundo y han lanzado 31 discos hasta la actualidad, algunos de ellos, sobre todo en los 70, excelentes.
Lo que tu quieras, suena con todos los elementos clásicos de los Quo, una introducción de guitarras vibrante que te inyecta la suficiente dosis de adrenalina como para disfrutar de su rock alegre y básico, interpretado con la maestría que les otorga su experiencia. Cuando te vienes a dar cuenta, a falta de la famosa escoba, estás ejecutando tu air guitar particular. Nos carga las pilas con su ritmo pegadizo y su mensaje de libertad.
Este concierto del vídeo nos es familiar, ya lo hemos visto en MM con Dire Straits, en el Knebworth House (1990). Status Quo está espectacular con el sonido y la puesta en escena. Quizás a Rick Parfitt le puede un poco el sonido ambiente en cuanto a potencia de voz se refiere, y es que donde se ponga una buena grabación de estudio......casi me dan igual los medios, para eso están. Exceptuando a unos pocos, los directos son para intentar morir dignamente.
Recomiendo encarecidamente que después veáis en el bonus track los anuncios de la Lotería Primitiva, ha sido una divertida sorpresa, no los recordaba. De ahí nuestro estrambótico título de hoy.
Cuando aparezca esta publicación, los tres Musicaeros (cosas de Chary) que hacen posible este humilde y joven blog, estaremos camino de Madrid para asistir a la gala de entrega de premios del concurso 20blogs, del que somos finalistas en nuestra categoría de música, lo que ya nos produce una gran alegría y satisfacción.
Muchas gracias por vuestro apoyo y por vuestros buenos deseos.
Os mantendremos informados.
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Un tema que no falta en radio 80. Y un tema que a mi no me disgusta escuchar de vez en cuando.
ResponderEliminarSaludos sintéticos.
Respeto pero no comparto tu opinión respecto a los directos. Creo que el directo, precisamente, da la medida de cada artista, de su talento y capacidad. Mi experiencia es que, si hay alguna interpretación de un grupo o artista que me parezca memorable, suele ser en directo. Se me vienen a la cabeza unas cuantas, y no sólo en el ámbito de la música moderna. Mi actitud suele ser la de perdonar a una grabación sus muchas deficiencias por ese plus de emoción y creatividad que le confiere el directo. La inspiración es amiga de la espontaneidad y se manifiesta antes en fragor de un concierto cuando el artista se hace uno con su público. El estudio es frío y la mezcla de pistas y la búsqueda de perfección técnica matan la espontaneidad. Una grabación de estudio, en mi opinión, sólo puede alcanzar ciertos niveles de emotividad si se hace del tirón y dejándola tal cual, con sus pequeñas imperfecciones, como si de un directo se tratara.
ResponderEliminarEstimado Carlos, eres un romántico empedernido.
ResponderEliminarPor supuesto que estoy de acuerdo contigo en cuanto a lo de la espontaneidad, virtuosismo, puesta en escena, entrega, ensayos, capacidad de comunicación, creatividad, talento...todo eso se demuestra en los directos, pero son pocos, en comparación, los que pasan con nota todas esas asignaturas y los que lo hacen nos brindan conciertos históricos, un espectáculo sin parangón.
A lo que me refiero, es que no viene mal una ayuda tecnológica siempre que no engañen, por ejemplo que toque el batería que no sea una caja de ritmos, o el guitarrista o que no amplifiquen en demasía la voz del vocalista, que sean ellos. Me da igual que monten pistas, siempre se ha hecho, quiero espectáculo (sonido) como en la NBA, me da igual que se dopen.
Los Beatles fueron pioneros en el uso innovador de tecnología (de estudio) y gracias a ellos existen muchas cosas y sus actuaciones no eran precisamente buenas. Se investiga y se avanza. Led zeppelin, Queen, Kiss, Muse...a los reyes del directo siempre se les da una gran cobertura técnica en sus conciertos.
Vamos a poner un ejemplo actual, la gira de AC/DC, tu crees que a Brian Johnson con 67 años, ¿los ingenieros de sonido no "manipularan" su voz? o a Mick Jagger, Bruce o Dickinson, a mí me vale. ¿Engaño? no, los sigo disfrutando.
Made in Japan concierto memorable, depurado y pulido en estudio, cual diamante en bruto.
Y lo que ya no estoy de acuerdo contigo, amigo, es lo de la grabación. Un disco que se precie, tiene que estar perfecto en su realización y montaje, sin esas pequeñas imperfecciones. En eso seguramente sea más romántico que tú, prefiero los vinilos con sus ruidos y crepiteo.
Saludos Carlos
En el término medio, tal vez, esté la virtud.
EliminarSaludos, Nostromo.