¿A alguien le suena este tipo apellidado Harrison? Es complicado que alguien conteste que no porque si hasta un servidor con su conocido analfabetismo musical sabe que es uno de los componentes del cuarteto de Liverpool más famoso de la historia, difícil será que otros no lo sepan.
Este fue su primer álbum en solitario tras la disolución de The Beatles siete meses antes (dos más publicó durante su periodo anterior) y para su debut el chico no tuvo otra idea más sencilla que publicar un triple disco con un total de 23 canciones que completaban un crono de casi 104 minutos. Seguramente tenía muchas ganas de demostrar su valía, siempre algo oculta tras las genialidades de Lennon y McCartney.
Como se hace patente ideas no le faltaron y es que George llevaba desde 1968 con proyectos musicales propios en paralelo a su trabajo con la banda, proyectos en los que contaba con ayudantes de lujo como Bob Dylan, Eric Clapton, Ringo Starr y Billy Preston, algunos de los cuales también participaron en este All things must pass. Su éxito fue notorio y en 2001 cuando fue reeditado llegó a alcanzar seis Discos de Platino (RIAA).
El triple disco (primero en la historia de la música rock) tiene un gran trasfondo espiritual, cosa que sería ya una constante en todos sus trabajos posteriores. My sweet Lord fue el primer sencillo que se extrajo y todo su sentido es servir de alabanza al dios hindú Krishna.
La canción llegó a número 1 en EEUU y en Reino Unido, por lo que rápidamente consiguió puestos de top en prácticamente todo el mundo. Fue certificada en 1970 con un Disco de Oro por superar el millón de copias.
Mediados los 70 fue acusada de plagio debido a su similitud con He's so fine, la de The Chiffons. Harrison declaró que su inspiración provenía realmente del himno del siglo XVIII popularizado en 1968 por Edwin Hawkins Singers y titulado Oh happy day, pero finalmente fue condenado y multado por "plagio inconsciente".
Algunas fuentes piensan que realmente se trata de un caso de criptomnesia, una alteración de la memoria que provoca que los recuerdos no sean reconocidos como tales, creyendo la mente que han sido generados por el individuo por primera vez. Algo así como los déjà vu pero al revés.
Y versiones hay por supuesto mil: Ray Coniff (1971), Paul Mauriat (1972), Nina Simone (1972), Julio Iglesias (1975), Dolly Parton (1978), Boy George (1992), Aretha Franklin (1999), Elton John (2002), Richard Clayderman (2002), Nina Hagen (2008) y José Feliciano, entre otros.
Aunque la grabación que he encontrado es bastante deficiente en cuanto a imagen, el sonido va bastante bien. Hela aquí.
Siendo un beatlemaniaco y siendo George el que más me gusta en solitario, hay que reconocer que el tema sino es un plagio total, sí que es parcial del tema de The Chiffons.
ResponderEliminarIndependientemente de eso, el tema me encanta y es un clásico, al igual que el álbum que lo contiene que no tiene desperdicio.
Saludos sintéticos.
Ya dije que fue un plagio inconsciente. El chico tenía la tonadilla metida en la cabeza ;)
EliminarBueno, seamos sinceros.
ResponderEliminarSi no llega a ser quien era, seguramente sería considerado plagio total.
De todos modos, a mi no me importa. El tema me gusta más en la versión de George, y que conste, que la de The Chiffons la escuché.
Saludos sintéticos.
TENIA QUINCE AÑOS DE EDAD,LA ESCUCHE POR PRIMERA VEZ;ME ENAMORÉ DE ELLA,A PESAR DE QUE EXISTEN EXCELENTES TEMAS,ÉSTE ES UNO DE MIS FAVORITOS;SALUDOS A LA HUMANIDAD.
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