Sobre fronteras y tahúres

Ficha

Nombre: Pobre tahúr
Intérprete: La frontera
Publicación: 1985
Autor: La frontera
Género: Rockabilly

Bonus track:
Referencias:
Diccionario Rockabilly
La frontera. Nacional Pop.
La frontera. Wikipedia

Hay un buen puñado de canciones de La frontera mucho más populares y posiblemente de mejor factura técnica que esta. Entre ellas tenemos algunas como El límite, Cielo del sur, Juan Antonio Cortés, Siete calaveras, Judas el Miserable, Nacido para volar, Mi dulce tentación, Duelo al sol, 10 minutos de pasión... Cualquiera sería un buen ejemplo del peculiar estilo de este, uno de mis grupos de cabecera, y de su evolución a lo largo del tiempo.

En Diccionario de Rockabilly hacen una muy buena descripción del original sonido de los de Javier Andreu (voz) como una amalgama de country-rock, tex-mex acelerado, rockabilly amplificado, psicobilly ralentizado, con letras honky-tonk algo heavy y en los que perfectamente se podría reconocer, si fuera cierto, la colaboración especial de Ennio Morricone y Sergio Leone.



Pero más que por sus cualidades artísticas, que las tiene, o por su frenético y pegadizo ritmo rockabilly, Pobre tahúr es mi elección de hoy porque me gusta el rollete Far West del grupo y ese tipo de personaje que realmente conozco sólo por el cine. Me refiero al típico camorrista, pícaro, fullero y vicioso del póker o dicho más corto, al tahúr.

Imagen: FARWEST.IT

En aquellos parajes y años, los tahúres y los dandis se mezclaban en esos tugurios llamados saloon. El cócktel de juego, alcohol y mujeres era irresistible para todos los santos varones, que apenas tenían otro local en dónde derrochar su dinero. Sin embargo, el objetivo de los primeros era simplemente desplumar a todo el que se cruzara en la mesa de juego y como para ello usaban todo tipo de artimañas, los problemas venían cuando el tahúr era descubierto.

Precisamente la partida de póker más corta que se conoce se celebró en Dodge City, lugar dónde dos conocidos tahúres, enemistados desde tiempo atrás, tardaron sólo una mano en acusarse mutuamente de hacer trampas, disparando acto seguido sus Derringers con fatal desenlace para ambos.

El origen del nombre de la combinación compuesta por dos Ases y dos ochos o Del hombre muerto, también se debe a un conductor de diligencias reconvertido en tahúr. Esa era la jugada que llevaba en la mano cuando un día, sentado a la mesa y de espaldas a la puerta, fue asesinado a traición.

Lo dicho, me molan los tahúres. Bueno, en realidad sólo los de cine y los de canciones como esta. Pues no he pegados yo botes con ella... como si me hubieran emplumado.