Esto de llevar un blog es una cosa bonita la verdad, no solo porque te da la oportunidad de contar cosas que te gusta contar, y además hacerlo sin tener que ver la cara de aburrimiento del receptor o receptores de la información, es que además, a estos sufridores les das la oportunidad de cambiar de página o simplemente ponerse a otra cosa sin tener que preocuparse por hacerte un feo o ejecutar una agresión a la tan cacareada educación.
También puedes dar rienda suelta a instintos o incluso a excesos de locuacidad que de no tener como único espectador inmediato al portátil, mudo y complaciente a tus deseos, siempre dispuesto a guardar silencio por muy equivocadas que le parezcan tus afirmaciones, tal vez carecerías del arrojo que sostener dichos excesos requiere cuando de un público corpóreo y de fácil reacción se trata.
Encima te ocurren cosas bonitas, notas el reconocimiento de personas a las que no conoces pero que sientes en cada comentario que dejan, cual reyes magos de la blogosfera rockanrolera, al pie de cada reseña que permites escapar de dentro de tu ser, y en ocasiones incluso se acercan a ti para pedirte que colabores con ellos en algún proyecto para intentar aportar algo novedoso, original o litúrgico a sus blogs...
Eso es lo que me ha pedido el amigo Nostromo recientemente, mi intervención con un articulo en esta publicación, diseccionando una canción para así, junto a otros colegas, conmemorar el primer aniversario de este fabuloso Musicae Memorandum, cosa que en estos momentos estoy haciendo pleno de orgullo y humildad a un tiempo, y satisfecho de emoción y agradecimiento por la atención recibida, muchas gracias señores.
Elton John esta a años luz de ser mi músico favorito, sus primeros discos me interesan algo, pero en los ochenta, el giro que da su sonido hace de sus lanzamientos algo bastante predecible y con tendencia a una fácil comercialidad que no me atrae en absoluto... pero esto lo digo hoy, a mis cuarenta y pocos tacos... ya ves tú... (como decía el amigo Sabina).
En 1983 la cosa era distinta, como he dicho en otras ocasiones los vídeo clips en aquella época eran lo mas de lo mas, bombardeaban las pantallas nada planas de entonces y ante nosotros paseaban minipelículas con artistas de todo tipo interpretando en un mas que evidente play-back sus últimos lanzamientos discográficos. La mayoría eran productos bastante ramplones, poco originales y hechos rápidamente, con producciones ajustadas económicamente y mas como una imposición del mercado del momento y según mucho profeta de baratillo del futuro inevitable del mundo de la música grabada, que como algo que realmente apeteciese hacerse.
Pero servía para conocer, sentado en el sofá de casa cada tarde, y bocata en ristre, los lanzamientos de aquellos ídolos de adolescencia y de otros artistas desconocidos que por obra y gracia del clip televisivo dejaban de serlo.
Esto fue lo que ocurrió con Elton John, entre bocado y bocado al pan con chorizo y mientras mi vista pasaba mas minutos en la pantalla del TV que en la cuadriculada hoja del cuaderno de mates, un piano desvió definitivamente mi atención del arte de Pitagoras para fijarme en el de Mozart, una voz nasal dio continuidad al piano y una melodía de ensueño arrasó como un tsunami mi corazón.
Nunca hasta entonces había escuchado tan hermosa sucesión de notas, nunca tan bellos sonidos y jamas estribillo mas arrebatadoramente romántico, mas líricamente arrebatador, que no había escuchado una canción mas bonita en mi vida leñe. Pero es que encima el clip era increíble, tan romántico como la canción, típico y americano aunque el artista, el Elton John aquel era ingles, historia cincuentera de Peggy Sues y rockabillis trasnochados y heroicos.
Busqué el disco como un poseso, no tardé en encontrarlo pero no tenía pasta para comprarlo, finalmente me hice con el tema gracias a la edición del primer volumen del recopilatorio Monstruo que lo contenía, poco después me hice con el disco de Elton John en que se encontraba este corte que me había volado la cabeza: "To Low For Cero" (1983).
Creo que es la canción que mas veces he escuchado en mi vida, y no la he quemado, me sigue emocionando, me sigue recordando porque me gusta la música de la patológica manera en que me gusta, porque no me canso de adquirir nuevos discos, de clásicos que hace años invadieron mi corazón y de gente nueva a la que apenas he escuchado, y disecciono los discos de unos y otros, y busco en YouTube vídeos de todo lo que leo que es bueno, y tiro de la red y...
¿Sabéis que?...Creo que busco volver a sentir lo que aquella tarde sentí, allí, en la sala de la casa de mis padres, en aquel ochentero y frio sofá de cuero, sobre aquel cuaderno de mates que fue testigo del expolio que Sir Elton hizo en mis tímpanos, del acoso y derribo que durante la duración de una canción sufrió mi alma, de la rendición de mi corazón ante la belleza, el lirismo y la emoción.
Busco, en definitiva, volver a escuchar la canción mas bonita del mundo, y digo esto porque creo que hoy, mas de treinta años después, este sigue siendo el tema mas hermoso que jamas he escuchado.
¡Ah, por cierto!!! se titula "I Guess That Why They Call It The Blues" y suena así de hermosa.
"No sabía que era imposible...y lo consiguió."Mi intención con Rock and more es compartir mis inquietudes, opiniones y sensaciones sobre la música que más amo. Además de otras disciplinas también hay algo de cine y literatura.
Coincido en que Elton John no es tampoco mi artista favorito en absoluto, sin embargo yo prefiero su época ochentera, que aunque como bien dices sea más comercial, tiene temas tan absolutamente tan maravillosos como A word in spanish (mi favorito) o este con el que hoy nos deleitas.
ResponderEliminarMuchas gracias por colaborar en nuestro humilde blog, nos leemos Addison.
Sí que es hermosa, Elton tampoco es de mis predilectos yo nunca me gastaría la pasta en algo suyo, pero tengo el Greatest Hits 1970-2002 y es muy bueno.
ResponderEliminarLo que si me atrae mucho del amigo de Lady Di es ver un concierto suyo, de los de categoría, tranquilo y sentado, tiene que ser un espectáculo sublime para los oídos.
Saludos Addison el agradecimiento es nuestro.
Señor John Waine, le recomiendo encarecidamente a vuecencia el que tenga a bien el no volver a reposar en el viejo y ajado sofá de piel de casa de sus progenitores con un cuaderno de matemáticas, no sea que a sus oídos llegue la popular tonadilla de la macarena y se quede de nuevo Vd. traspuesto.
ResponderEliminarDicho esto, tienes perfecto derecho a ello.
Un buen tema, sin duda.
Y a todos los blogueros, y visto lo visto, dejad ya de comportaros como un grupo de folclóricas caducas en su gira de despedida por Las Hurdes, que estáis en ofrenda floral mutua y perpetua. ¡Coño!
Podrías decir que pese a todas las circunstancias tan distintas.. pero básicamente hemos vivido lo mismo amigo y con la misma canción. Que coincidencias tan bonita que sólo la magia de la música puede permitirse. Yo hoy cumplo mis 41 y soy un enamorado de The beatles, y son el soundtrack de mi vida.. y tengo gustos muy variados.. y aunque puede venerar la obra de Elton musicalmente mucho, nunca fue un artista que me llamara la atención.. pero hay 5 o 6 temas que estan en el Olimpo de la composición.. y este es uno de ellos y lo descrubrí en su momento igual que tu.. increible.
ResponderEliminarHablando de Magia, me quedo con una frase de Dumbledore "Ahh la música, una magia mucho más poderosa de todo lo que enseñamos aquí".
Saludos!