Paul McCartney dijó en una ocasión sobre esta balada que era la canción más matadora de todos los tiempo ("...the killer song of all time") pero en el momento de grabarla sus dos compositores pensaban que no sería un tema importante, así que la utilizaron como simple cierre de la cara A de su álbum No Dice. Tanto fue así que ni siquiera fue lanzada como single.
Sólo un año después Larry Nilsson la escuchó en una fiesta y decidió rescatarla del ostracismo para inicialmente ofrecérsela a The Beatles, aunque dándose cuenta que no era un tema muy del estilo de la banda de los de Liverpool, finalmente la grabó el mismo en la versión quizás más conocida, alcanzando varios números 1 en distintos países.
La canción refleja en parte situaciones sentimentales reales vividas por Pete Ham y Tom Evans. Todo empezó una noche en la que Pete había quedado con su novia y justo en el momento de salir, Tom le dijo que tenía una idea para una canción. Pete inicialmente rechazó ir a grabar para no dejar colgada a Bev, pero ella insistió en que lo hiciera. Esa noche escribió If It's Love, con una estrofa que decía "Well I can't forget tomorrow, when I think of all my sorrow, I had you there but then I let you go, and now it's only fair that I should let you know... if it's love". Una bonita canción pero que en opinión de todos, incluido el propio Ham, carecía de fuerza en el estribillo.
Posteriormente Evans conoció a Marianne, la chica que a la postre se convertíría en su esposa y que más tarde le abandonó. Cuando eso ocurrió voló a Bonn para encontrarla y le escribió una canción llamada I can't live que decía en su estribillo "I can't live, if living is without you. I can't live, I can't give any more". Y así de la fusión de las dos canciones surgió el hit con los versos cálidos de Ham y el estribillo intenso y dramático de Evans.
Pocos años después (1975 y 1983) y probablemente por sus problemas profesionales, económicos y sentimentales, los dos músicos se suicidaron.
Como es costumbre por estos lares añadimos a continuación el vídeo del intérprete original, pero en esta ocasión aconsejo encarecidamente escuchar la versión de Harry Nilsson enlazada en la ficha porque es la que pone el vello de punta. La de Mariah Carey tampoco está nada mal.
Una canción magnífica. Ya lo era en manos de Badfinger, pero indudablemente Nilsson la llevó a la cumbre hasta tal extremo que incluso triunfó aquí en versión española. Es una de las grandes baladas de los 70, no hay duda.
ResponderEliminarY la historia de Badfinger es incluso más triste que la propia canción: una banda de pop rock fuera de tiempo, en una época en la que o eras rockero puro o progresivo. Por mucho que los Beatles los apoyasen (sobre todo en su primer disco suenan descaradamente a ellos) y aunque fueron el primer grupo en grabar en Apple, con lo que eso significaba, nunca consiguieron el éxito masivo. Tuvo que llegar el pop de finales de la década para ser reivindicados, aunque de poco les valió a Ham y Evans. Una verdadera lástima. Y otra muestra más de lo cerriles que eran la mayoría de los aficionados en los primeros años 70, por mucho que ahora se quiera reescribir la historia.
Pues llamadme sacrílego, pero a mí la que más me gusta es la de la Carey, sin menospreciar en absoluto la de Nilsson. Imagino que algo tendrá que ver que la de ella vaya relacionada a unos maravillosos recuerdos...
ResponderEliminarSea como sea, un gran tema imprescindible en la colección de cualquier melómano.
Saludos.
La de David Guetta no tiene nada que ver con la original, es un tema dance escrito y hecho por Guetta, sin tener nada que ver.
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