Cuando quiero poner algo sobre The Beatles me produce una cierta desazón. ¿Qué comento que no se haya comentado millones de veces, qué cuento sobre quienes, como dijo John, han llegado a ser más famosos que Jesucristo, qué escribo de los que provocan ríos de tinta? Cuesta trabajo arrancar intentando ser original, imposible, te queda la alternativa de tu vivencia.
Más de una vez he contado que fui, soy y seré beatlemaníaco, no nos quedaba otra, tiernos años de adolescencia y los melenudos que se acababan de separar apenas un lustro antes, por aquel entonces mucho. Sus primeros discos, un torrente de sonidos nuevos, cosas sencillas y pegadizas para ir progresando hasta llegar al Abbey Road. Su leyenda, su último concierto en la terraza de Apple Corps, su mini gira por España, sus horribles películas, las carreras y el griterío por donde pasaban hasta el punto de suspender sus directos. Los maravillosos dúos de McCartney y Lennon, el misticismo de Harrison, la batería busca vidas de Richard Starkey o el mejor álbum de todos los álbums Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band. Fueron osados, únicos e irrepetibles forjando su propia historia a la de la música.
Cuentan que George Martin, el productor de los Beatles, no creía mucho en esta canción. Pero Paul y John se empeñaron en grabarla, fue el primer éxito de los Beatles y de los primeros grupos en publicar sus propias creaciones, cosa poco usual en la época. Aunque fue escrita entre 1958 y 1959, principalmente por Paul McCartney cuando contaba 16 añitos, se grabó el 6 de junio de 1962. Su inconfundible armónica tocada por John Lennon al principio, marcó un hito en la historia de grupo. Grabada tres veces con tres baterías distintos (primero Pete Best, luego Andy White y finalmente la versión definitiva con Ringo), la canción vendió 100.000 ejemplares en pocos días y llegó al puesto 17 de las listas. Poco después conseguirían su primer Nº 1 con Please, Please Me. El resto es historia.
Y un detalle para que nos hagamos una idea de lo que esta exbanda mueve todavía. La actual ley europea del copyright protege los derechos de las grabaciones durante 50 años, frente a los 95 de Estados Unidos. Este mismo año está prevista su modificación para extender la protección hasta los 70. Algunas discográficas al cumplir el año pasado la canción medio siglo, se han apresurado a publicar Love Me Do.
Un clásico. Pistoletazo de salida hacia la fama universal.
ResponderEliminarAún hoy en día, parece que el gustarte The Beatles es sinónimo de clasicote y de adocenado al mainstream.
No me importa.
Imprescindebles.
Saludos sintéticos.
No hace mucho escuché de un profano musical, que los de Liverpool fueron nefastos para la música, no discutí ni por supuesto le corregí, cada uno puede pensar lo que quiera, imagino que en algún programa de algún iluminado lo escucharía.
EliminarClasicote no, porque no me quedé ahí, fue mi inicio, aprendí a escuchar, se empezó a formar mi paladar musical para saborear el buen vino del peleón.
Como bien dices, no me importa y el mainstream tampoco, sobre todo los que hemos vivido una época que teníamos que aprovechar lo que nos llegaba. Hoy es peor tetas de silicona, tecnología y marketing.
Saludos Chorby
A ver, sin ánimo de ofender a nadie. Esa persona no es que sea un profano, es que directamente no sabe lo que está diciendo.
ResponderEliminarNefasto no hay ningún grupo, sólo el que tu quieres que así sea.
Es más, ahora puede que mucho más, pero desde siempre, ha habido muchos estilos, muchos grupos que no han bebido de The Beatles y son igualmente muy buenos.
Creo que aparte de su música, algo esencial desde luego, tuvieron algo desde la salida de este disco que creo, sinceramente, que no ha conseguido tan bien ningún otro grupo. Se llama Publicidad.
Nos llevan cuarenta años, (desde su disolución) vendiendo el mismo producto en envoltorios diferentes (CD, Cd remasterizado, Lp remasterizado, Usb. etc,etc) y siguen vendiendo mucho.
Siempre parece que hay algo nuevo, o alguna noticia que se desconocía. Aunque al final sea humo.
Vamos, publicidad para quitarse el sombrero.
Pero repito, lo que prevalece es su música, para bien o para mal.
Y no me lío más.
Saludos sintéticos.
Efectivamente hiciero un gran daño a la música.
ResponderEliminarA la mala.
Y en cuanto a lo de la publicidad, discrepo profundamente.
Esta te permite darte a conocer. Simplemente.
El permanecer ahí cuarenta años, y lo que queda, lo hace la calidad.
Creo recordar que ni Mozart ni Bach lanzaron videoclips o salieron en la MTV.
Sin acritud, que diría el sevillano.
En cuanto a elección del tema, podias haberlo hecho al azar. No hubieras fallado, especialmente si hubiera salido Let It Be.